jueves, 27 de agosto de 2015

UNA MUERTE INJUSTA, LAMENTABLE Y MUY DOLOROSA

                                                                       MARÍA YANES


                                                                                                                        @mariayanesh

Cuando en el trayecto de la vida uno conoce a personas excepcionales, con grandes deseos de vivir y que han hecho grandes aportes como ciudadano de este país a la sociedad, a sus semejantes y de pronto recibes la triste noticia sobre su fallecimiento por una causa no esperada, pero además injusta, porque está relacionada con la grave crisis de salud por la que atravesamos, como médico y como ser humano me afloran sentimientos de rabia, impotencia y un gran dolor. Y es que esa muerte simplemente pudo evitarse de haber existido condiciones sanitarias óptimas en todos los centros hospitalarios públicos de Venezuela.
Me refiero al caso de una persona extraordinaria y amiga personal: Ana Matilde López o Paty como la llamaban cariñosamente sus familiares y amigos. Vivía desde hace aproximadamente 24 años en la Gran Sabana, dejó todo lo que tenía en la Capital para irse a su Sabana, a la que tanto amaba y en donde dejó un gran legado y un ejemplo de vida. Nunca olvidaré cuando por única y primera vez fui a conocer esa maravilla de la naturaleza que tiene nuestro país, ella fue mi guía y anfitriona, y la emoción que trasmitía a quienes les mostraba esa sabana tan hermosa con todas sus bondades naturales era intensa y admirable. Fue ejemplo de solidaridad y ayuda para las comunidades indígenas de la región. Además fue una gran trabajadora en el área turística de la zona. 

Pero la vida le jugó una mala pasada. El pasado 11 de julio cayó víctima de un dengue o chikungunya, fue el diagnóstico presuntivo inicial por los síntomas que presentaba. Acudió al único hospital de la zona: Hospital Rosario Vera Zurita, en donde un personal inexperto le realizó varias punciones en el brazo, como un total de diez, para intentar canalizar una vena y así poder hidratarla, utilizando una misma aguja en un ambiente sin aire acondicionado y sin las condiciones sanitarias óptimas que debe haber en un área de emergencia. Como consecuencia de este procedimiento se abrió una puerta de entrada a una bacteria mortal que le llegó a la sangre. 

Como pudo, Paty se trasladó a Caracas para ser atendida en un centro privado y allí se hizo el diagnóstico con los correspondientes exámenes de laboratorio: dengue hemorrágico y una infección generalizada o sepsis ocasionada por esa bacteria la cual fue la causa principal que la llevó a la muerte en apenas dos semanas. 
Paty fue una víctima más, no solamente de las enfermedades vectoriales que están azotando a los ciudadanos venezolanos como el dengue y que los organismos responsables no han podido controlar, sino también de la desidia y la crisis tan grave de todos los centros hospitalarios del país. El Hospital Rosario Vera Zurita ubicado en Santa Elena de Uairén es el único de la zona con un total de 50 camas, es decir, corresponde a un hospital Tipo I. Sin embargo, sufre todas las fallas que ya conocemos: disminución del número de camas operativas, escasez importante de insumos y suministros, sin reactivos para practicar exámenes de laboratorio, los sistemas de aire acondicionado no funcionan, déficit considerable de médicos especialistas, condiciones sanitarias precarias no acordes para una adecuada atención al paciente. 

¡Hasta cuándo el pueblo venezolano va a seguir indefenso y asumiendo riesgos extremos de acudir a un hospital público, lugar en donde lógicamente se espera la curación de la enfermedad que lo aqueja! ¿Cuántos venezolanos han perdido la vida en forma lamentable a causa de esta crisis humanitaria de salud? No puedo ofrecer una respuesta certera, sin embargo tan solo una vida que se pierda por esta causa es sumamente grave, y un ejemplo de ello fue Paty, recordada y tan amada por su familia la cual es ejemplo de unión familiar; vaya para ellos y su esposo mi abrazo de solidaridad y fortaleza. “La Gran Sabana se quedó sin su guerrera”, así lo manifestaron sus más allegados, porque también fue una defensora a ultranza de la conservación del medio ambiente. 

No se puede permitir que fallezcan ciudadanos venezolanos, sin distinción alguna, por esta grave crisis de salud. Por esto escribo estas líneas con mucha tristeza e impotencia. Los médicos venezolanos estamos muy limitados para atender a quienes acuden a un hospital público. Es noticia diaria la escasez de insumos y materiales médico-quirúrgicos, de medicamentos, las condiciones deplorables en la infraestructura de los hospitales en el ámbito nacional, además de la inseguridad, el déficit de recursos humanos en el área médica, y para colmo en su lugar colocan a personal inexperto con una deficiente formación académica. No quisiera manifestar, para concluir, que en este país está prohibido enfermarse, sin embargo, es la triste realidad.




Publicado originalmente en El Nacional el martes 25 de los corrientes

domingo, 23 de agosto de 2015

¿CUÁLES SON LOS DERECHOS INTOCABLES EN UN ESTADO DE EXCEPCIÓN?


Sociedad Venezolana de Salud Pública 
Red Defendamos la Epidemiología Nacional

23 de agosto de 2015


Estados de excepción y derechos humanos 

Ley solo establece 4 tipos de estados de excepción

Al menos 14 derechos son intocables en cualquier circunstancia

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Las circunstancias especiales están claramente reguladas en la legislación nacional C RAMIREZ/REUTERS
LUIS DOMINGO ÁLVAREZ |  EL UNIVERSAL
domingo 23 de agosto de 2015  12:00 AM
La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (CRBV) y la Ley Orgánica sobre Estados de Excepción (LOSEE) son los instrumentos que permiten atender jurídicamente circunstancias que "afecten gravemente la seguridad de la Nación, de sus ciudadanos o de sus instituciones".

La CRBV establece en su artículo 338 cuatro formas de estados de excepción: estado de alarma, estado de emergencia económica, estado de conmoción interior y estado de conmoción exterior;
 sobre los que la LOSEE establece principios rectores, así como "el ejercicio de los derechos que sean restringidos con la finalidad de restablecer la normalidad en el menor tiempo posible".

En su artículo 7 la LOSEE recuerda que con base a la CRBV, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, y la Convención Americana sobre Derechos Humanos; durante la declaratoria de un estado de excepción en cualquiera de sus cuatro formas no podrán ser restringidas las garantías de:
el derecho a la vida; 
el reconocimiento a la personalidad jurídica; 
la protección a la familia; 
la igualdad ante la ley; 
la nacionalidad; 
la libertad personal y la prohibición de prácticas de desaparición forzada de personas, 
la integridad personal física, psíquica y moral;
no ser sometido a esclavitud o servidumbre; 
la libertad de pensamiento, conciencia y religión; 
la legalidad y la irretroactividad de las leyes; 
el debido proceso; 
el amparo constitucional; 
la participación, 
el sufragio y el acceso a la función pública; 
y la información.


Aunque el decreto Ejecutivo de un estado de excepción entra en vigencia inmediatamente, debe ser publicado a la brevedad en Gaceta y remitido en un máximo de 8 días a la Asamblea Nacional, para su consideración y aprobación; y al TSJ para que se pronuncie sobre su constitucionalidad.

Comentarios
El texto del artículo publicado hoy por Luis Domingo Álvarez, en el Universal de hoy, nos invita a hacer las siguientes reflexiones y comentarios:
1. Todavía no se conoce el texto del decreto y la razón que se invoca o justifica para decretar un estado de excepción.
En el supuesto de tratarse de un estado de conmoción interior,  con alto riesgo de uso de armas,deberán atenderse las medidas de protección para las personas afectadas, heridos y convalescientes, así como el personal de salud o sanitario que debe atender a la población.

2. Muy frescas en las memoria, están las violaciones de derechos de pacientes y personal de salud, ocurridas en el estado Táchira y en otros estados del país, durante los años 2014 y 2015 ; situación de disturbios mucho más compleja que la actual, en las que el Ejecutivo Nacional no consideró necesario decretar un estado de excepción.  Entonces, médicos fueron retenidos por la fuerza, conminados a declarar, a identificar a las víctimas de la violencia que fueron atendidos por estos profesionales, o acusados de cooperar con las personas que protestaban. (El Nacional, 3 de marzo de 2015. Detención de dos médicos por el SEBIN en Táchira es una acción violatoria de los derechos humanos¨).

3. Los médicos tenemos el derecho de ejercer nuestra profesión en forma libre, autónoma y autorregulada y sin presiones o interferencias de cualquier naturaleza. También tenemos el derecho a ser respetados y protegidos en el ejercicio de nuestra labor en situaciones de conflicto. El artículo 18 del I· Convenio de Ginebra de 1949, señala que ¨nadie podrá ser molestado o condenado por el hecho de haber prestado asistencia a heridos o a enfermos. Los artículos 16 del Protocolo I· y 9 y 10 del Protocolo II·, vinculados a los Convenios de Ginebra de 1949, disponen que ¨se respetará y protegerá al personal médico¨ y ¨no se castigará a nadie por haber ejercido una actividad médica conforme con la deontología, cualesquiera hubieran sido las circunstancias o los beneficios de dicha actividad¨.
Además, el Código Procesal Penal venezolano, nos exime de declarar, de acuerdo al artículo N· 244, Numeral 4.  

 
4. Conviene recordar, en su conjunto, las Normas de Derecho Internacional Humanitario, que disponen las garantías, protecciones y derechos que asisten a los pacientes y al personal de salud en estados de conmoción, con uso de armas y que suponen alto riesgo para la salud y la vida de las personas, contenidos en los Protocolos Adicionales I y II de los Convenios de Ginebra:
José Félix Oletta L.

Derechos del personal sanitario en situaciones de conflicto armado
http://www.disaster-info.net/desplazados/documentos/derechosdeberes/13derechos_del_personal_sanitario.htm


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Derechos y deberes del Personal Sanitario en los Conflictos Armados - CICR
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DERECHOS DEL PERSONAL SANITARIO

1.   PRINCIPIOS GENERALES

1.1. Respeto y protección

Las normas del derecho internacional humanitario disponen que todos los miembros del personal sanitario que presten servicios en caso de conflicto armado deberán ser respetados y protegidos. Esto significa que no deberán ser atacados y que deberán ser defendidos, prestándoseles ayuda y apoyo, cuando sea necesario. Este derecho es válido en todas circunstancias y la obligación que implica es aplicable a todos, especialmente, por supuesto, a los soldados, sin importar a qué lado pertenezcan. (Art. 24 al 27, G I; Art. 36 y 37, G II; Art. 20, G IV; Art. 15, 62 y 67, P. I: Art. 9. P. II)


1.2. Derechos inalienables

Los miembros del personal sanitario no podrán, en caso alguno, renunciar a ninguno de los derechos que, según las normas del derecho internacional humanitario, se les confiere. Como anteriormente se menciona, la finalidad de esta norma, que es idéntica para todas las personas protegidas por esta rama del derecho, es garantizar que tales personas estén completamente protegidas. Con respecto al personal sanitario, este mandato categórico tiene la intención de prevenir las presiones que puedan ejercer sobre él para hacer le renunciar a sus derechos, excluyendo así también la posible justificación de una infracción que pueda, después, denunciarse sobre el terreno, en la que se exprese que la víctima ha dado su consentimiento ( veáse, además, Capítulo 2, puntos 2.4 y 2.5). ( Art. 7, GI, GII y G III; Art. 8, G IV)

1.3   Acuerdos especiales

En los Convenios de Ginebra se estipula que las Partes Contratantes podrán concertar acuerdos especiales para complementar los Convenios, sobre cualquier asunto que les parezca oportuno resolver particularmente de esa manera. Se especifica también que tales acuerdos no deberán afectar o restringir perjudicialmente los derechos de las personas protegidas.( Art. 6, G I, G II y G III; Art. 7, G IV). 
 

1.4.   Prohibición de medidas de represalia

Como se menciona en el punto 2.6 del Capítulo 2, está prohibido que un Estado lleve a cabo represalias contra las personas y las propiedades protegidas. Por consiguiente, el personal sanitario tiene derecho a usar todos los medios legales disponibles para prevenir toda medida de represalia contra si mismo o contra los heridos y los enfermos confiados a su cuidado( Art. 46. GI, Art 47, G II; Art. 20. P. I)
   
2.   PROTECCION DE LA MISION SANITARIA

2.1. Asistencia que el personal sanitario puede solicitar para cumplir sus deberes. 

Para el personal sanitario, el desempeño de sus obligaciones no es solamente un deber, sino que también es un derecho.( Art. 15. P. I; Art. 9, P. II) El derecho a protección que tienen las víctimas de un conflicto armado implica obligaciones para el personal sanitario. Impone también, a las autoridades de las Partes en conflicto, la obligación de proporcionar a dicho personal sanitario los medios y las facilidades necesarias para garantizar que las víctimas sean asistidas de la mejor manera posible. 
Por ello, los miembros del personal sanitario están autorizados a exigir a esas autoridades los necesarios medios y facilidades para el cumplimiento de su deber, de la mejor manera posible.
En el derecho internacional humanitario se insiste, especialmente, en la importancia que tiene que las Partes en conflicto cumplan este deber, en dos tipos de zonas:
- donde los servicios sanitarios civiles están interrumpidos por un conflicto armado;
- y en territorios ocupados 
(a los que nos referiremos en el punto 5, a continuación).

2.2. Derecho de acceso

Dado que debe prestar asistencia eficaz a los heridos y a los enfermos. el personal sanitario deberá tener acceso a los lugares donde sus servicios sean necesarios. Se especifica este derecho en el derecho internacional humanitario v deberá ser considerado sin perjuicio de las medidas de seguridad ', de control que las Partes de un conflicto piensen que son necesarias Se recordará que dichas Partes son inducidas a concertar acuerdos para posibilitar que se preste la asistencia necesaria a los heridos caídos en el campo de batalla y que éstos sean evacuados, para trasladar a heridos y a enfermos de una zona sitiada y para permitir el paso tanto del personal como de suministros sanitarios a la misma (véase punto 4.3 del capítulo 2).( Art. 15 y 28, GI;Art. 18, G II; Art. 33, G III; Art. 15, P. I )2o.jpg (217063 bytes)
El personal sanitario retenido en campos de prisioneros de guerra, a cuyos derechos nos referiremos con mayor detalle en el punto 4, a continuación, está autorizado a visitar periódicamente a los prisioneros de guerra que estén en hospitales o en destacamentos de trabajo situados en el exterior del campo. Se le proporcionarán los necesarios medios de transporte para permitirle tener acceso a tales lugares. 


2.3. El personal sanitario no podrá ser sancionado ni importunado por desempeñar las funciones sanitarias de conformidad con los principios de la ética médica. 

Este es un aspecto importante de la protección de los deberes sanitarios.( Art. 18, G I; Art 16, P. I; Art. 10. P. II) Tal disposición está justificada, particularmente, teniendo en cuenta la violencia, las amenazas, las persecuciones y los castigos de los cuales el personal sanitario de Partes en conflicto ha sido víctima, especialmente en el pasado, por atender a heridos y a enfermos de la Parte adversa. 
Significa ésto que las actividades sanitarias no deberán dar lugar, en ninguna circunstancia, a violencia, amenazas, persecuciones ni castigos (sanciones penales o administrativas), si se despliegan de conformidad con los principios de la ética médica, sin consideración de las circunstancias ni de las personas por las mismas beneficiadas (si entre los heridos y enfermos hay amigos o enemigos). 
Ya hemos considerado estos principios éticos en el punto 2.1 del capítulo 2.


2.4. El personal sanitario no deberá ser inducido a actuar contrariamente a los principios de la ética médica

Este es un corolario del principio anterior. Los miembros del personal sanitario nunca deberán ser inducidos a realizar actos o trabajos incompatibles con sus deberes humanitarios y contrarios a los principios de la ética médica o a otras normas de ética médica destinadas a proteger a los heridos y a los enfermos, o contrarios a las normas de los Convenios y de los Protocolos.( Art. 15 y 16, P. I; Art. 9 y 10, P. II)


2.5. El personal sanitario no deberá ser inducido a facilitar información sobre los heridos y los enfermos a su cuidado. 

Este principio se refiere a la información que el personal sanitario pudiera creer perjudicial para los heridos y los enfermos o para sus familias. Este derecho implica una relación confidencial entre los pacientes y el personal encargado de atenderlos.(Art. 16. P. I; Art. 10. P. II) Sin embargo, hay dos excepciones. Una es natural, puesto que se justifica por el hecho de tenerse en cuenta el interés general; es la obligación que tiene el personal sanitario de notificar los casos de enfermedades transmisibles, cuyas prescripciones deberán ser respetadas. Debe deplorarse la otra excepción: está implícitamente aceptado que las leyes nacionales de las Partes en conflicto puedan inducir al personal sanitario - pero solamente si está integrado por nacionales suyos- a facilitar información. Deseamos que tales casos sean pocos y lejanos. 
 
 

3. EXENCIÓN DE CAPTURA


3.1. Exención sin posibilidad de retención. 

Los derechos a los que aquí hacemos referencia corresponden a las siguientes categorías de personal sanitario.(Art. 32, G I; Art 36. G II)
 
- personal sanitario de un Estado no Parte en conflicto o de una Sociedad de socorros de dicho Estado, puesto a disposición de una Parte en conflicto;
- personal sanitario que trabaja bajo la responsabilidad del CICR;
- personal sanitario de buques-hospitales y de embarcaciones costeras de salvamento (estos buques y embarcaciones están también exentas de captura).

Las personas pertenecientes a la primera de estas categorías que estén en poder del enemigo de la Parte a cuya disposición fueron puestas, deberán ser autorizadas a volver a su país o al territorio de la Parte contendiente a cuyo servicio estaban, «tan pronto como haya una vía para su regreso y las exigencias militares lo permitan ».
Las personas pertenecientes a la segunda categoría también deberán ser repatriadas inmediatamente o destinadas nuevamente al trabajo para una de las Partes en conflicto, de conformidad con un acuerdo concertado por tales personas, el CICR y la Parte o Partes en conflicto. 


3.2. Exención con posibilidad de retención

Las siguientes categorías de personal sanitario están, en principio, exentas de captura, aunque podrán ser retenidas bajo ciertas condiciones(Art. 28. G I) :
- personal sanitario militar permanente;
- personal sanitario de sociedades nacionales de socorro voluntario (por ejemplo. Sociedades Nacionales de la Cruz Roja o de la Media Luna Roja) de una Parte en conflicto, destinadas al Servicio de Sanidad Militar de esa Parte;
- personal sanitario civil de una Parte en conflicto.
Las personas pertenecientes a esas categorías deberán, en principio, ser repatriadas «tan pronto como haya una vía para su regreso y las exigencias militares lo permitan». 

3.2.1. Las personas pertenecientes a las primeras dos categorías podrán ser retenidas, no obstante, para asistir a los prisioneros de guerra. En tal caso, solamente el personal que sea necesario con esa finalidad deberá ser retenido, teniendo en cuenta el estado de salud y el número de prisioneros. No se hará discriminación alguna en la elección de las personas que serán retenidas; preferiblemente, deberán ser tenidos en cuenta el orden cronológico de captura y su estado de salud y el número de prisioneros. No se hará discriminación alguna en la elección de las personas que serán retenidas; preferiblemente, deberán ser tenidos en cuenta el orden cronológico de captura y su estado de salud.
3.2.2. La captura de miembros del personal sanitario civil que preste servicios cerca del frente, con el asenso de las propias autoridades, es una posibilidad que no debe marginarse, aunque se trate de una situación rara. Puede ocurrir que estén prestando servicios en una parte del territorio rápidamente ocupada por el enemigo y ser retirados del lugar por razones de seguridad. En tal caso, esas personas estarán protegidas como todas las otras personas civiles que estén en territorio de la Parte adversa. En principio, tienen derecho a ser repatriadas. Sin embargo, podrán ser retenidas excepcionalmente, si su partida se considera «contraria a los intereses nacionales del Estado>> en cuyo territorio están. En tal caso, si la Potencia captora considera necesario ejercer control sobre tales personas, podrán ser tenidas bajo arresto domiciliario, o internadas.
Si el territorio en el cual residen es ocupado por el enemigo. el personal sanitario civil -a menos que haga un acuerdo en contrario - permanecerá en el mismo y será protegido como todos los demás residentes (véase, además, el punto 5, a continuación).


3.3. Personal no exento de captura

El personal sanitario militar temporero, si es capturado, será considerado prisionero de guerra y, a menos que sea repatriado o internado en un Estado no Parte en el conflicto, por razones médicas o mediante acuerdo, permanecerá detenido hasta el cese de las hostilidades.( Art. 29, GI)
 
 

4. DERECHOS DEL PERSONAL SANITARIO RETENIDO


4.1. En espera de su devolución, el personal sanitario mencionado en el punto 3.1 en poder de un adversario de la Parte para la cual está prestando servicios, deberá ser bien tratado y autorizado a desempeñar sus deberes sanitarios, preferiblemente en favor de los heridos y de los enfermos de la Parte en conflicto para la cual trabajan. ( Art. 30, G I)
4.2.1.   Las personas pertenecientes a las primeras dos categorías mencionadas en el punto 3.2 podrán ser retenidas, como se ha mencionado, solamente si se requieren sus servicios para atender a los prisioneros de guerra.( Art. 28, G I; Art 33, G III)
En tal caso, no deberán ser consideradas prisioneros de guerra y deberán beneficiarse, por lo menos, de las ventajas y de la protección a las que tienen derecho los prisioneros de guerra. No obstante, se les deberán garantizar las facilidades necesarias para que puedan prestar asistencia médica. Deberá permitírseles visitar periódicamente a los prisioneros de guerra en los destacamentos de trabajo o en los hospitales fuera de los campos. Tendrán acceso a las autoridades del campo por mediación del médico encargado (en principio, el medico militar de mayor antigüedad y de graduación superior). No deberán ser requeridos para efectuar otro trabajo que no sea el correspondiente a sus deberes médicos.
Después de cierto tiempo, las Partes en conflicto deberán ponerse de acuerdo sobre el posible relevo del personal sanitario retenido.
4.2.2.  El personal sanitario civil de un
...a Parte en conflicto (la tercera categoría mencionada en el punto 3.2), si ha sido retenido en el territorio del enemigo, gozará de las prerrogativas garantizadas a cualquier persona civil en tal situación (por ejemplo, el derecho a recibir socorros y, de ser necesario, al tratamiento. ( Art 35 al 46 y 79 al 141, G IV)
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Protocolo II adicional a los Convenios de Ginebra de 1949 relativo a la protección de las víctimas de los conflictos armados sin carácter internacional, 1977

08-06-1977 Tratado

Comentario del Protocolo adicional II a los Convenios de Ginebra, 1998
 ÍNDICE 

PREÁMBULO 
TÍTULO I - ÁMBITO DEL PRESENTE PROTOCOLO 
Artículo 1 - Ámbito de aplicación material
Artículo 2 - Ámbito de aplicación personal
Artículo 3 - No intervención

TÍTULO II - TRATO HUMANO 
Artículo 4 - Garantías fundamentales
Artículo 5 - Personas privadas de libertad
Artículo 6 - Diligencias penales

TÍTULO III - HERIDOS, ENFERMOS Y NÁUFRAGOS 
Artículo 7  Protección y asistencia
Artículo 8 - Búsqueda
Artículo 9 - Protección del personal sanitario y religioso
Artículo 10 - Protección general de la misión médica
Artículo 11 - Protección de unidades y medios de transporte sanitarios
Artículo 12 - Signo distintivo

TÍTULO IV - POBLACIÓN CIVIL 
Artículo 13 - Protección de la población civil
Artículo 14 - Protección de los bienes indispensables para la supervivencia de la población civil
Artículo 15 - Protección de las obras e instalaciones que contienen fuerzas peligrosas
Artículo 16 - Protección de los bienes culturales y de los lugares de culto
Artículo 17 - Prohibición de los desplazamientos forzados
Artículo 18 - Sociedades de socorro y acciones de socorro

TÍTULO V - DISPOSICIONES FINALES 
Artículo 19 - Difusión
Artículo 20 - Firma
Artículo 21 - Ratificación
Artículo 22 - Adhesión
Artículo 23 - Entrada en vigor
Artículo 24 - Enmiendas
Artículo 25 - Denuncia
Artículo 26 - Notificaciones
Artículo 27 - Registro
Artículo 28 - Textos auténticos



  1. [PDF]1.6 La protección del personal humanitario - Cruz Roja

  2. Nov 27, 2009 - Protección del personal sanitario y religioso por los Convenios de ... En los conflictos armados actuales los ataques dirigidos al personal.


Protocolo I adicional a los Convenios de Ginebra de 1949 relativo a la protección de las víctimas de los conflictos armados internacionales, 1977

08-06-1977 Tratado

Protocolo adicional I

Comentario del Protocolo adicional I a los Convenios de Ginebra, 2011
ÍNDICE 

PREÁMBULO  

TÍTULO I - DISPOSICIONES GENERALES

Artículo 1 -   Principios generales y ámbito de aplicación
Artículo 2 - Definiciones
Artículo 3 - Principio y fin de la aplicación
Artículo 4 - Estatuto jurídico de las Partes en conflicto
Artículo 5 - Designación de las Potencias protectoras y de su sustituto
Artículo 6 - Personal calificado
Artículo 7 - Reuniones


TÍTULO II - HERIDOS, ENFERMOS Y NÁUFRAGOS  

SECCIÓN I - PROTECCIÓN GENERAL

Artículo 8 - Terminología
Artículo 9 - Ámbito de aplicación
Artículo 10 - Protección y asistencia
Artículo 11 - Protección de la persona
Artículo 12 - Protección de las unidades sanitarias
Artículo 13 - Cesación de la protección de las unidades sanitarias civiles
Artículo 14 - Limitaciones a la requisa de unidades sanitarias civiles
Artículo 15 - Protección del personal sanitario y religioso civil
Artículo 16 - Protección general de la misión médica
Artículo 17 - Cometido de la población civil y de las sociedades de socorro
Artículo 18 - Identificación
Artículo 19 - Estados neutrales y otros Estados que no sean Partes en conflicto
Artículo 20 - Prohibición de las represalias


SECCIÓN II - TRANSPORTES SANITARIOS

Artículo 21 - Vehículos sanitarios
Artículo 22 - Buques hospitales y embarcaciones costeras de salvamento
Artículo 23 - Otros buques y embarcaciones sanitarios
Artículo 24 - Protección de las aeronaves sanitarias
Artículo 25 - Aeronaves sanitarias en zonas no dominadas por la Parte adversa
Artículo 26 - Aeronaves sanitarias en zonas de contacto o similares
Artículo 27 - Aeronaves sanitarias en zonas dominadas por la Parte adversa
Artículo 28 - Restricciones relativas al uso de las aeronaves sanitarias
Artículo 29 - Notificaciones y acuerdos relativos a las aeronaves sanitarias
Artículo 30 - Aterrizaje e inspección de aeronaves sanitarias
Artículo 31 - Estados neutrales u otros Estados que no sean Partes en conflicto


SECCIÓN III - PERSONAS DESAPARECIDAS Y FALLECIDAS

Artículo 32 - Principio general
Artículo 33 - Desaparecidos
Artícu lo 34 - Restos de las personas fallecidas
TÍTULO III - MÉTODOS Y MEDIOS DE GUERRA. ESTATUTO DE COMBATIENTE Y DE PRISIONERO DE GUERRA  

SECCIÓN I - MÉTODOS Y MEDIOS DE GUERRA

Artículo 35 - Normas fundamentales
Artículo 36 - Armas nuevas
Artículo 37 - Prohibición de la perfidia
Artículo 38 - Emblemas reconocidos
Artículo 39 - Signos de nacionalidad
Artículo 40 - Cuartel
Artículo 41 - Salvaguardia del enemigo fuera de combate
Artículo 42 - Ocupantes de aeronaves

SECCIÓN II - ESTATUTO DE COMBATIENTE Y DE PRISIONERO DE GUERRA

Artículo 43 - Fuerzas armadas
Artículo 44 - Combatientes y prisioneros de guerra
Artículo 45 - Protección de personas que han tomado parte en las hostilidades
Artículo 46 - Espías
Artículo 47 - Mercenarios
TÍTULO IV - POBLACIÓN CIVIL  

SECCIÓN I - PROTECCIÓN GENERAL CONTRA LOS EFECTOS DE LAS HOSTILIDADES  

CAPÍTULO I - NORMA FUNDAMENTAL Y ÁMBITO DE APLICACIÓN

Artículo 48 - Norma fundamental
Artículo 49 - Definición de ataques y ámbito de aplicación .

    
CAPÍTULO II - PERSONAS CIVILES Y POBLACIÓN CIVIL

Artículo 50 - Definición de personas civiles y de población civil
Artículo 51 - Protección de la población civil

CAPÍTULO III - BIENES DE CARÁCTER CIVIL

Artículo 52 - Protección general de los bienes de carácter civil
Artículo 53 - Protección de los bienes culturales y de los lugares de culto
Artículo 54 - Protección de los bienes indispensables para la supervivencia de la población civil
Artículo 55 - Protección del medio ambiente natural
Artículo 56 - Protección de las obras e instalaciones que contienen fuerzas peligrosas

CAPÍTULO IV - MEDIDAS DE PRECAUCIÓN

Artículo 57 - Precauciones en el ataque
Artículo 58 - Precauciones contra los efectos de los ataques

 CAPÍTULO V - LOCALIDADES Y ZONAS BAJO PROTECCIÓN ESPECIAL

Artículo 59 - Localidades no defendidas
Artículo 60 - Zonas desmilitarizadas

 CAPÍTULO VI - SERVICIOS DE PROTECCIÓN CIVIL

Artículo 61 - Definiciones y ámbito de aplicación
Artículo 62 - Protección general
Artículo 63 - Protección civil en los territorios ocupados
Artículo 64 - Organismos civiles de protección civil de los Estados neutrales u otros Estados que no sean Partes en conflicto y organismos internacionales de protección civil
Artículo 65 - Cesación de la protección civil
Artículo 66 - Identificación
Artículo 67 - Miembros de las fuerzas armadas y unidades militares asignados a organismos de protección civil


SECCIÓN II - SOCORROS EN FAVOR DE LA POBLACIÓN CIVIL

Artículo 68 - Ambito de aplicación
Artículo 69 - Necesidades esenciales en territorios ocupados
Artículo 70 - Acciones de socorro
Artículo 71 - Personal que participa en las acciones de socorro

SECCIÓN III - TRATO A LAS PERSONAS EN PODER DE UNA PARTE EN CONFLICTO
 


CAPÍTULO I - ÁMBITO DE APLICACIÓN Y PROTECCIÓN DE LAS PERSONAS Y DE LOS BIENES


Artículo 72 - Ámbito de aplicación
Artículo 73 - Refugiados y apátridas
Artículo 74 - Reunión de familias dispersas
Artículo 75 - Garantías fundamentales

  CAPÍTULO II - MEDIDAS EN FAVOR DE LAS MUJERES Y DE LOS NIÑOS

Artículo 76 - Protección de las mujeres
Artículo 77 - Protección de los niños
Artículo 78 - Evacuación de los niños

  CAPÍTULO III - PERIODISTAS

Artículo 79 - Medidas de protección de periodistas
    
  

  TÍTULO V - EJECUCIÓN DE LOS CONVENIOS Y DEL PRESENTE PROTOCOLO  

SECCIÓN I - DISPOSICIONES GENERALES

Artículo 80 - Medidas de ejecución
Artículo 81 - Actividades de la Cruz Roja y de otras organizaciones humanitarias
Artículo 82 - Asesores jurídicos en las fuerzas armadas
Artículo 83 - Difusión
Artículo 84 - Leyes de aplicación

  SECCIÓN II - REPRESIÓN DE LAS INFRACCIONES DE LOS CONVENIOS O DEL PRESENTE PROTOCOLO

Artículo 85 - Represión de las infracciones del presente Protocolo
Artículo 86 - Omisiones
Artículo 87 - Deberes de los jefes
Artículo 88 - Asistencia mutua judicial en materia penal
Artículo 89 - Cooperación
Artículo 90 - Comisión Internacional de Encuesta
Artículo 91 - Responsabilidad

  TÍTULO VI - DISPOSICIONES FINALES

Artículo 92 - Firma
Artículo 93 - Ratificación
Artículo 94 - Adhesión
Artículo 95 - Entrada en vigor
Artículo 96 - Relaciones convencionales a partir de la entrada en vigor del presente Protocolo
Artículo 97 - Enmiendas
Artículo 98 - Revisión del Anexo 1
Artículo 99 - Denuncia
Artículo 100 - Notificaciones
Artículo 101 - Registro
Artículo 102 - Textos auténticos
 

lunes, 17 de agosto de 2015

EL CAPITÁN COUSTEAU EN EL BANQUILLO

A propósito de la Encíclica del papa Francisco "Laudato Sí", sobre el problema ecológico, me llamó la atención este artículo publicado por un autor francés que se autodenomina "superstar de la Web". Después de haber visto el documental de Cousteau-Malle (era un niño cuando se estrenó y luego no la vi en ningún cine, superada por las series del mundo submarino del mismo Cousteau) debo admitir que muchas de las apreciaciones del autor del post son ciertas. Sin embargo, desde un punto de vista puramente cinematográfico hay que destacar la calidad del documental, atribuíble al talento de Louis Malle, director de memorables películas como Ascensor para el cadalso y Au revoir mes enfants. Negarle la sal y el agua a Malle por los errores en el enfoque ecológico sería como acusar a Leni Riefenstahl de nazi por haber filmado a Hitler en ese excelente documental que es El Triunfo de la Voluntad.






“El mundo del Silencio del Comandante Cousteau: un film "ingenuamente repugnante”?

Yanis Varoufakis, Le Monde fr. Édition Globale



Dieciocho años después de la muerte del comandante Jacques-Yves Cousteau, el mito que aureolaba su película de culto, "El mundo del silencio", parece hecho trizas... En el programa en Internet "Allá sí estoy ", del cual el site Slate se ha hecho eco, el novelista y cineasta Gérard Mordillat revisa esta película, galardonada con una Palma de Oro en Cannes en 1956 y el Oscar al mejor documental el año siguiente. En su columna, la considera "ingenuamente repugnante”.





¿Pero por qué tanto odio hacia esa película de culto, dirigida por Louis Malle, quien sigue a la tripulación del Calypso en un viaje submarino de exploración?
"El imposible Cousteau", como lo denomina el columnista, sería "un pachá que no puede distinguir babor de estribor." Para Gérard Mordillat, su película tendría como objetivo "cagar a todos los peces y la vida submarina", dice.
El columnista, a continuación, cita el ejemplo de varias escenas de la película, donde vemos un buzo llevado por una tortuga como para hacerle perder el aliento, la explosión de un arrecife de coral para identificar las especies que viven allí - lo que resultó en la muerte de miríadas de peces - o incluso, a modo de venganza, la masacre con fusil y con una pala de un tiburón que devoraba un cachalote lacerado por la hélice del Calypso. Así presentada, la película parece más una oda a la barbarie que al mundo submarino.



Casi sesenta años después de su lanzamiento, ¿cómo no hemos visto estas escenas atroces, todo lo contrario de lo que representa en el imaginario colectivo el gorrito de color rojo del explorador? Gérard Mordillat concluye su columna diciendo :
“El mundo del silencio" fue profético. Porque es el silencio que ahora cubre la destrucción masiva de los arrecifes de coral, el exterminio de animales marinos, la caza, la contaminación, el cinismo de todos los gobiernos en nombre de la ciencia, de la investigación y del beneficio. Películas vergonzosas y despreciables como ésta, cuando los volvemos a ver hoy en día, nos dijeron que estábamos ciegos. "






“Éramos terriblemente ingenuos”

Contactado por LÉxpress, François Sarano, oceanógrafo y acompañante del Comandante Jacques Cousteau durante trece años, atempera las conclusiones del Sr. Mordillat:
“En ese momento, éramos sin duda terriblemente ingenuos, pero Cousteau ha abierto el mar y se convirtió en un protector de la naturaleza (...). Esta reacción es normal, pero es necesario ubicar la película en su contexto: nuestro planeta tenía 2700 millones de habitantes, el mar era un tema desconocido, y a nuestros ojos representó un cuerno de la abundancia inagotable. "
Por otra parte, el investigador asegura que los métodos utilizados por la tripulación del Calypso continúan hoy, con algunos matices: ya no se utiliza la dinamita, pero sí el veneno. "Cuando un científico quiere descubrir un caso, para tomar una muestra, se ve obligado a matar al animal", dice al semanario El Sr. Sarano.




Considerada durante mucho tiempo una de las pioneras en la historia de la divulgación documental oceanográfica, la película resulta actualmente intolerable a los ojos de muchos espectadores. El escritor Camille Brunel escribió en octubre de 2011 en el blog “Malas lenguas” que "lo que parecía un documental maravilloso se [le] aparece hoy como el más estúpido y repugnante documental que jamás se ha hecho."

Se puede ver el documental en idioma original sin subtítulos en:

https://www.youtube.com/watch?v=3jH2QkP-Bvg

[Traducción FP]



Jacques-Yves Cousteau
Louis Malle


NO ES PAÍS PARA LOS ENFERMOS PSIQUIÁTRICOS

                                                      


La salud mental del venezolano tiene tiempo siendo la última en la lista. Con la excusa de que nos definimos como los más felices del mundo hasta se ha creado un viceministerio. Pero la verdad es otra, y la realidad nos está haciendo perder algo de esa característica que tanto nos llena de orgullo.
Este gobierno (y el anterior) no nos ha dado muchos motivos para ser felices, aunque algunos se llenen la boca todavía diciendo que le deben todo al chavismo y ahora al maducabellismo. Cada vez son menos. Aunque parece que en el tema que vamos a tratar, más de uno debe estar agradecido con el enchufe.


Si no hay medicamentos para los pacientes oncológicos, si no hay anestesia, si no hay reactivos, si no hay catéteres, si no hay analgésicos ni antipiréticos de uso común ¿qué puede esperarse de los medicamentos para tratar las dolencias mentales? Aunque sea la última de las preocupaciones del venezolano, que no tiene mucha costumbre de acudir a psicólogos ni psiquiatras, sí hay compatriotas que necesitan atención en ese aspecto.
Desde principios del gobierno del fallecido Chávez se observó que la salud mental del venezolano no era prioridad. Se cerraron centros públicos de atención de enfermos mentales, se eliminó la hospitalización en los que quedaron abiertos. Ahora que no hay dólares para nada, no escapan los medicamentos para aliviar estas dolencias.


Ayer lo reseñó El Nacional, en el país del “no hay” no se salvan de la escasez los principios activos que se usan en la elaboración de medicinas para tratar desde una depresión hasta la esquizofrenia. Y eso que algunos de estos fármacos deberían ser fabricados por el Cefar, que depende del gobierno. Y si a eso se le agrega que la realidad está llevando al venezolano a estados de depresión y angustia, porque pasa horas en una cola, porque no consigue leche, porque un malandro lo esperó en la puerta de su casa, porque no le alcanza el dinero para comer, tenemos que la situación es muy crítica.
Para el psiquiatra Robert Lespinasse, ex presidente de la Sociedad Venezolana de Psiquiatría, la crisis que padece el venezolano puede llevarlo a estados de ansiedad y angustia que desencadenen comportamientos violentos, porque la gente está desesperada.


Toda esta situación ha hecho que el sistema de autodefensa del venezolano se active, y que también, los que pueden, busquen ayuda especializada. Sin embargo, nada se hace si lo que necesitan para poder manejar las fobias y hasta la paranoia que se desencadena con el estado de crispación en el que vive el ciudadano no existe o es muy difícil de encontrar.
No se puede esperar que los altos personeros del gobierno se sensibilicen con la situación que padece el pueblo, porque es sabido que cuando han necesitado litio, se lo consiguen hasta debajo de las piedras. Por eso lo que se dijo anteriormente, en estas situaciones es cuando agradecen estar enchufados, porque hasta para enfermarse hay que ser chavista (o maducabellista).



Editorial de El Nacional 16-8-2015.
Publicado con el título original: “Crisis humanitaria sin respuestas (4). No hay remedio para nadie"


jueves, 13 de agosto de 2015

“SOY SACERDOTE … QUIERO TOMAR SU LUGAR, PORQUE ÉL TIENE ESPOSA E HIJOS”

Maximiliano María Kolbe nació cerca de Lodz (Polonia) el 8 de enero de 1894. Ingresó en el seminario de los Hermanos Menores Conventuales en 1907, y el año 1918 fue ordenado sacerdote en Roma. Encendido en el amor a la Madre de Dios fundó la asociación piadosa de la «Milicia de María Inmaculada», que propagó con entusiasmo. Misionero en el Japón, se esforzó por extender la fe cristiana bajo el auspicio y patrocinio de la misma Virgen Inmaculada. Vuelto a Polonia, habiendo sufrido grandes calamidades, en el mayor conflicto de los pueblos, entregó su vida como holocausto de caridad por la libertad de un desconocido condenado a muerte, el 14 de agosto de 1941, en el campo de concentración de Auschwitz.


En septiembre de 1939 estalla la Segunda Guerra mundial. Sangre, muerte, destrucción, crueldad, odio, bestialidad e infamia sin fin. Los nazis, llenos de soberbia, invaden Polonia. En pocas semanas, el ejército y toda la nación polaca sufren la humillación de la derrota. Quedan completamente subyugados. Pocos días después, llega la Wermach, o ejército de ocupación, que sin miramiento alguno comete todo tipo de tropelía, saqueos y vandalismos en la ciudad mariana: destrozan imágenes, encienden fogatas con ornamentos sagrados, retiran y se llevan una buena parte de la maquinaria tipográfica. El P. Kolbe, el fundador, esta presente ante esos destrozos sacrílegos. No se deja dominar por el odio ni grita venganza. Solo reza, llora y consuela… Pese al clima de odio al enemigo, el perdona como Cristo en la Cruz; el ama a todos: “¡Animo muchachos, la Inmaculada nos lo dio. La Inmaculada nos lo quitó. Ella bien sabe como están las cosas!”. El 19 de septiembre se presento en Niepokalanow la Wermacht alemana con gritos: “Todos fuera!.. ¡Todos en marcha!.." Todos los frailes fueron acorralados en el patio, encolumnados y cargados en camiones rumbo al occidente. Pasaron de un campo de concentración a otro: de Lamsdorf a Amtitz, de aquí a Ostrzeszow. Aun no se había llegado a los horrores posteriores de los campos de concentración; sin embargo, no faltaban los sufrimientos. Había de sobra dolor para poner a prueba hasta a los mas fuertes: abusos, prepotencia, desprecio, violencia, repugnante suciedad, hambre, frío, promiscuidad, piojos. Pese a todo, había algo de libertad que permitía a los frailes tener vida común, instalar una imagen en la repisa de un galpón, rezar y cantar juntos, hacer su retiro espiritual. El 8 de diciembre, fiesta de la Inmaculada, luego de tres meses de encierro, fueron inexplicablemente liberados. Era un regalo de la Virgen. Pero triste espectáculo les brindó Niepokalanow al regresar. Primeramente, los bombardeos y los saqueos habían destrozado la mística ciudad. Ahora, todo se hallaba ocupado por los deportados y desbandados. Sin embargo, no hubo desmayo, sino que en seguida se organizo la vida religiosa con tandas continuadas de Adoración ante el Santísimo. De inmediato, la numerosa comunidad tuvo que enfrentar no tanto los problemas culturales de las revistas y ediciones, cuanto los mas prosaicos y graves de la subsistencia: comida, ropa, remedios, Para resolverlos, como también para salir al encuentro de las necesidades del pueblo de los alrededores, se abrieron talleres de herrería, carpintería, mecánica, servicios automovilísticos, y también una lechería. Ocasionalmente tuvieron que prestar servicios también a las autoridades de ocupación. Niepokalanow brindo su asistencia a varios miles de pobres desheredados, entre los cuales había un millar de judíos, marcados por los nazis con una estrella amarilla sobre el pecho. El P. Maximiliano había impartido a sus frailes estas pautas de conducta: la caridad ha de estar abierta a todos sin discriminación; sus únicos limites han de ser los de las posibilidades, que, gracias a su gran espíritu de sacrificio, llegaban a los extremos de la misma generosidad. El P. Kolbe se las arregló para enviar mensajes a los hermanos dispersos: “Trabajemos en la acción misionera. Conquistemos para la Inmaculada otros corazones. Recemos mucho por la venida del reino. Ofrezcámosle nuestros sufrimientos. Nuestra consigna sea ésta: que la Inmaculada esté contenta de nosotros. Vivamos de amor. Comuniquemos a los otros fuego de amor” .

La Navidad de 1939 es Navidad de guerra: nuevos aprestos bélicos en el frente ruso, carecen los alimentos y la calefacción, aumenta el miedo, las persecuciones y arrestos… ¿Quien se acuerda de celebrar Navidad? -El P. Maximiliano. Organiza una fiestecita infantil para los muchos niños alojados en Niepokalanow: teatrillo, cantos, modestas golosinas, para devolver a los niños un poco de alegría y hacer brillar de nostalgia los ojos de las madres. El P. Kolbe esta en la lista negra de la Policía Secreta. ¿Por que? El Padre Kolbe es el superior de Niepokalanow, cuyas actividades marianas tienen tanta influencia en toda Polonia. Los nazis quieren destruir esa influencia y a la vez quieren vengarse de que de esos talleres salía “El Pequeño Diario” cuya predica patriota y católica tanto los había enfurecido. Peor mas aun, el P. Kolbe por su sacerdocio, cultura y posición era dirigente notable. En el programa de ocupación estaba previsto el exterminio de los intelectuales y dirigentes. Además, en Niepokalanow se brindaba asilo a los judíos. A los ojos antisemitas de los nazis, eso era un delito que merecía el castigo de los campos de concentración. El P. Maximiliano presentía que vendrían para apresarlo pero seguía firme en compromisos. Estaba convencido de que su vida estaba en manos de Dios y que la Inmaculada velaba por todos. Seguía trabajando por la difusión de sus ideales marianos. Deseaba reeditar “El Caballero de la Inmaculada” para llevar autentica esperanza y paz a ciento de miles de hogares en tiempo de tanto dolor y confusión. Finalmente, en diciembre del 1940, luego de infinitas gestiones con los ocupantes invasores, pudo editar el último numero, en el cual brillaba la belleza del amor mariano. Un día de febrero del 1941 por la mañana dos autos negros de la Gestapo se paran ante Niepokalanow. Los policías piden hablar con el P. Kolbe, quien al saber su llegada contesta con temblor al hermano portero: “¡Bien, bien, hijo mío! ¡María!”. Reúnen a todos los frailes en el patio, mientras tanto ellos inspeccionan bruscamente todo el convento. Hacia mediodía, el Padre Maximiliano y otros cinco padres son obligados a introducirse en los autos. Parten para un viaje sin retorno. El P. Maximiliano inicia su vía crucis sereno y tranquilo, como siempre. Dejó su querida Niepokalanow, su predilecta ciudad mariana, para no volver más. Para todo polaco, el “Pawiak” es el nombre de la terrible cárcel de Varsovia, que “hace helar la sangre”. Ahí ingreso el 17 de febrero de 1941 el P. Maximiliano Kolbe. El campo de concentración de Auschwitz es llamado por los polacos: “campo de la muerte”, porque en sus campos, bloques y sótanos, han perecido miserable y trágicamente, más de cinco millones de personas. Levantado sobre los escombros de unos cuarteles y granjas, está situado en la Polonia meridional, en una zona pantanosa, insalubre, para que no hubiese testigos indiscretos de esa fábrica de muerte. Rodeado por altas alambradas electrizadas y de torres de control. Allí toda crueldad e infamia, toda bestialidad y aberración, toda atrocidad y todos los horrores se habían dado cita para transformarlo en un verdadero infierno. Continuas muertes por enfermedades y por inanición, frío, fatigas agotadoras, escorbuto, disentería, traumas e infecciones. El pelotón de fusilamiento acribillaba a docenas a la vez contra un paredón forrado de caucho, para atenuar el ruido del disparo. En la plaza de armas cinco personas subían a la banqueta. El verdugo les colocaba el lazo al cuello. Con una patada a la banqueta quedaban las víctimas suspendidas. Auschwitz se había hecho famoso por la instalación de la primera cámara de gas. Lo que mas se temía no eran las balas, ni las horcas, ni las cámaras de gas, sino los sótanos de la muerte, o “Bunker”, de la lenta agonía, del martirio enloquecedor del hambre y de la sed. En Auschwitz murieron millones de católicos y también, como es sabido, millones de judíos. El objetivo mas profundo de Hitler en sus masacres es poco conocido. El hecho es que el odiaba la revelación divina confiada a Israel y también a Jesucristo, particularmente a la Iglesia Católica. Entra en Auschwitz el P. Maximiliano la tarde del 28 de mayo de 1941 con un transporte de otros 320 presos. Sobre el portón de entrada había un letrero en alemán: “El trabajo libera”. Era una mentira mas. En realidad, al entrar los prisioneros, se les decía que los judíos tenían el derecho de vivir dos semanas y los sacerdotes católicos un mes. Apenas llegan agotados, se pasa lista. Cada preso ha de pasar debajo de una doble fila de sayones, los que armados de látigos y bastones, se divierten sádicamente, golpeándolos o haciéndoles zancadillas, que obligan los presos a saltos, manotazos, morisquetas y terribles crispaciones. Todo esto provocaba en los verdugos burlas y risotadas. Maximiliano siempre iba al final de la línea de la enfermería a pesar de la severa tuberculosis que padecía. La mañana del 29 de mayo despertó a los 320 con un deshumanizante programa. Desnudados, fueron sometidos a una ducha colectiva de violentos chorros de agua fría. Después golpeados y escarnecidos obscenamente por sus desnudeces, fueron revestidos de raídas casacas, muchas de ellas aun manchadas de sangre. Cada casaca lleva un numero. Desde ahora en adelante, cada preso no será mas que un numero. El del Padre Maximiliano María Kolbe era el 16670. Mas tarde, todo el grupo salió a la plaza de armas, para la asignación a las brigadas de trabajo o bloques. El P. Kolbe en seguida fue ocupado como peón en el acarreo de cantos rodados y arena para la construcción de un muro alrededor del horno crematorio. El P. Kolbe consolaba a sus compañeros y decía  "todo lo que sufrimos, es por la Inmaculada". Un día, después de una tremenda paliza dada por el cabo que estaba a cargo, y que lo había dejado mas muerto que vivo, el P. Kolbe fue internado en el hospital, atacado de neumonía, con fiebre altísima y con el rostro estriado de moretones. Con su conducta ante el sufrimiento, asombraba a médicos y enfermeros. Soportaba el dolor virilmente y con completa resignación a la voluntad de Dios, solía repetir: “Por Jesús soy capaz de padecer aún mas. La Inmaculada está conmigo y me ayuda”. 

El bloque 14 había salido para la cosecha de unas parcelas de trigo. Aprovechando algún descuido de los guardias, un preso se fugó. Por la tarde, al pasar lista, se descubrió el hecho. El terror congeló los corazones de aquellos hombres. Todos sabían la terrible amenaza del jefe: Por cada evadido, 10 de sus compañeros de trabajo, escogidos al azar, serian condenados a morir de hambre en el bunker o sótano de la muerte. A todos aterrorizaba el lento martirio del cuerpo, la tortura del hambre, la agonía de la sed. Al día siguiente, los otros bloques siguen sus faenas diarias. Los del bloque 14 han de quedar en posición de atención en la explanada bajo el sol calcinante de verano, sin comer ni beber. Tres horas pasan como la eternidad. El P. Maximiliano, el de los pulmones agujereados por la tisis, el que acaba de salir del hospital, siempre débil y enfermizo, resiste de pie, no desmaya ni cae. El solía repetir: “En la Inmaculada todo lo puedo”. A las 21 horas se distribuyo la comida. Pero no para el bloque 14. Estos pobres observaron como sus raciones eran tiradas de las ollas al desagüe. Al romper filas todos van a catres sabiendo que al día siguiente diez de entre ellos serian escogidos para el bunker de la muerte. Ya había ocurrido en dos ocasiones. Al día siguiente, a las 18 horas, Fritsch, el comandante del campo, se planta de brazos cruzados ante sus víctimas. Un silencio de tumba sobre la inmensa explanada, atestada de presos sucios y macilentos. “El fugitivo no ha sido hallado… Diez de ustedes serán condenados al bunker de la muerte… La próxima vez serán veinte”. Con total desprecio a la vida humana, los condenados son escogidos al azar. ¡Este!… ¡Aquel!… grita el comandante. El ayudante Palitsch marca los números de los condenados en su agenda. Aterrorizado, cada condenado sale de las filas, sabiendo que es el final. "¡Adiós, adiós, mi pobre esposa!.. ¡Adiós, mis hijitos, hijitos huérfanos!" dice sollozando el sargento Francisco Gajownieczek. Las palabras del sargento sin duda tocan el corazón de muchos presos, pero en el corazón del padre Kolbe hacen más. Mientras los diez condenados responden al grito: “¡Quítense los zapatos!”, porque deben ir descalzos al lugar del suplicio; de improviso ocurre lo que nadie podía imaginarse. He aquí los testimonio de los que estaban presente: "Después de la selección de los diez presos" atestigua el Dr. Niceto F. Wlodarski, "el P. Maximiliano salió de las filas y quitándose la gorra, se puso en actitud de ¡firme! ante el comandante". Éste, sorprendido, dirigiéndose al Padre, dijo: “Que quiere este cerdo polaco?”. El P. Maximiliano, apuntando la mano hacia F. Gajownieczek, ya seleccionado para la muerte, contesto: “Soy sacerdote católico polaco; soy anciano; quiero tomar su lugar, porque él tiene esposa e hijos…”. “El comandante maravillado, pareció no hallar fuerza de hablar. Después de un momento, con un gesto de la mano, pronunciando la palabra ¡Raus! ¡Fuera!…, ordeno a Gajowniczek que regresara a su fila. De este modo, el P. Maximiliano María Kolbe tomo el lugar del condenado”. “Parece increíble que el comandante Frisch haya borrado de la lista al sargento, y haya aceptado el ofrecimiento del P.Kolbe, y que mas bien no haya condenado a los dos al bunker de la muerte. Con un monstruo como ese, todo era posible” “Los diez pasaron ante nuestras filas”, declara Fray Ladislao Swies, palotino, “y entonces observé que el Padre Kolbe seguía por último, y sostenía a tientas a otro de los condenados, mas débil que el, que no era capaz de caminar con sus propias fuerzas”. A la Virgen dirige su oración: “Reina mía, Señora mía, has mantenido tu palabra. ¡Es para esto que yo he nacido!”. “El sacrificio del P. Kolbe, mientras provocó la consternación entre las autoridades del campo, provocó la admiración y el respeto de los presos”, (Sobolewski). “En el campo casi no se notaban manifestaciones de amor al prójimo. Un preso rehusaba a otro un mendrugo de pan. En cambio, el había dado su vida por un desconocido” (Dr. Stemler) El sol se estaba hundiendo en el horizonte detrás de las tétricas alambradas. El cielo estaba tomando los colores rojos de los mártires. “Fue una magnifica puesta del sol, una puesta nunca vista”, relatan los pocos supervivientes de esa tarde de fines de julio de 1941. Entre el odio brilló mas fuerte el amor que la Virgen nos concede. “No hay amor mas grande que dar la vida por un amigo” (San Jn 15:13) . Los diez condenados al hambre y la sed bajan al sótano de la muerte del que solo salen cadáveres directamente al crematorio. Bruno Borgowiec, un polaco encargado de retirar los cadáveres, dio su testimonio: “Después de haber ordenado a los pobres presos que se desnudaran completamente, los empujaron en una celda. En otras celdas vecinas ya se hallaban otros veinte de anteriores procesos. Cerrando la puerta, los guardias sarcásticamente decían: “Ahí se van a secar como cascaras”. Desde ese día los infelices no tuvieron ni alimentos ni bebidas” Diariamente, los guardias inspeccionaban y ordenaban retirar los cadáveres de las celdas. "Durante estas visitas estuve siempre presente, porque debía escribir los nombres-números de los muertos, o traducir del polaco al alemán las conversaciones y los pedidos de los presos". “Desde las celdas donde estaban los infelices, se oían diariamente las oraciones recitadas en voz alta, el rosario y los cantos religiosos, a los que se asociaban los presos de las otras celdas. En los momentos de ausencia de los guardias yo bajaba al sótano para conversas y consolar a los compañeros. Loas fervorosas oraciones y cantos a la Virgen se difundían por todo el sótano. Me parecía estar en una iglesia. Comenzaba el P. Maximiliano y todos los otros respondían. A veces estaban tan sumergidos en las oraciones, que no se daban cuenta de la llegada de los guardias para la acostumbrada visita. Sólo a los gritos de estos, las voces se apagaban". “Al abrir las celdas, los pobres infelices, llorando a lágrima viva, imploraban un trozo de pan y agua, pero les era negado. Si alguno de entre los más fuertes se acercaba a la puerta, en seguida recibía de los guardias patadas al vientre, tanto que cayendo atrás sobre el cemento, moría en el acto o era fusilado. “Del martirio que han debido padecer los pobres condenados a una muerte tan atroz, da testimonio el hecho de que los cubos estaban siempre vacíos y secos; de lo cual hay que concluir que los desgraciados, a causa de la sed, tomaban la propia orina”. “El P. Maximiliano se comportaba heroicamente. Nada pedía y de nada se quejaba. Daba animo a los demás. Persuadía a los presos a esperar de que el fugitivo sería hallado y ellos serían liberados. “Por su debilidad recitaba las oraciones en voz baja. Durante toda visita, cuando ya casi todos estaban echados sobre el pavimento, se veía al P. Maximiliano de pie o de rodillas en el centro, mirando con ojos serenos a los llegados. Los guardias conocían su sacrificio, sabían también que todos los que estaban con el morían inocentemente. Por esto, manifestando respeto por el P. Kolbe, decían entre si: “Este sacerdote es todo un caballero. ¡Hasta ahora no hemos visto nada semejante!”. Así pasaron dos semanas, mientras tanto los presos morían uno tras otro. Al termino de la tercera semana, solo quedaban cuatro, el P. Kolbe entre ellos. A las autoridades pareció que las cosas se alargaban demasiado. La celda era necesaria para otras víctimas. “Por esto, un día, el 14 de agosto, condujeron al director de la sala de enfermos, el criminal Boch, el cual propino a cada uno una inyección endovenosa de ácido fénico. El P. Kolbe, con la plegaria en los labios, el mismo ofreció el brazo al verdugo. “Partidos los guardias con el verdugo, volví a la celda donde encontré al P. Kolbe sentado”, narra Borgowiec, “recostado en la pared, con los ojos abiertos y concentrados en un punto y la cabeza reclinada hacia la izquierda (era su posición habitual). Su cuerpo limpio y luminoso. Su rostro lucia sereno y bello, radiante, mientras los demás muertos estaban tendidos sobre el pavimento, sucios y con los signos de la agonía en el rostro. “En el campo por meses se recordó el heroico acto del sacerdote. Durante cada ejecución se recordaba el nombre de Maximiliano Kolbe. “La impresión del hecho se me grabó eternamente en la memoria”. La Inmaculada se lo llevó la víspera de su gran fiesta: La Asunción. Moría un santo sacerdote en Auschwitz, mártir por Dios, de la Virgen y por un padre de familia. El padre Kolbe venció al mal con el poder del amor. Murió tranquilo, rezando hasta el último momento. Según el certificado de defunción del campo, P. Maximiliano María Kolbe falleció a las 12:50 del 14 de agosto de 1941. Tenia 47 años.” El día siguiente, 15 de agosto, el cadáver del P. Kolbe fue llevado al horno crematorio. Cinco meses antes en la misma mañana del arresto, el P. Maximiliano María Kolbe así escribía en su agenda personal (02-17-1941): “La Inmaculada, que había sido todo el poema de su vida, la luz de su inteligencia y de su genio, el latido de su corazón, la llama de su apostolado, el éxtasis de su plegaria, su inspiradora y guía, su fortaleza y su sonrisa, la Reina de sus “ciudades” y la Dama de sus caballeros, en breve la vida de su vida; Ella quiso, arrebatárselo en luz de gloria entre los ángeles que festejaban su supremo triunfo”. Cumplió su deseo máximo: “Concédeme alabarte, Virgen Santa, concédeme alabarte con mi sacrificio. Concédeme por ti, solo por ti, vivir, trabajar, sufrir, gastarme, morir…” San Maximiliano se encontró en medio de un gran choque espiritual en la batalla que se libra en el mundo entre la Inmaculada Virgen María y Satanás. El supo dar la talla y vencer con las armas del amor. Como respuesta a la brutalidad del trato de los guardias de la prisión, San. Maximiliano era siempre obediente, manso y lleno de perdón. Aconsejaba a todos sus compañeros de prisión a confiar en la Inmaculada: “¡Perdonen!”, “Amen a sus enemigos y oren por los que los persiguen”. . Es una batalla que ahora, con su ejemplo e intercesión debemos nosotros luchar. El 17 de Octubre de 1971, luego de dos milagros obtenidos gracias a su intercesión, el Padre Maximiliano Kolbe fue beatificado por el Papa Pablo VI. En su mensaje, el Papa proclamó: “Maximiliano Kolbe ha sido un apóstol del culto a la Virgen, contemplada en su primer, originario y privilegiado esplendor, el de su propia definición en Lourdes: “LA INMACULADA CONCEPCION. Resulta imposible separar el nombre, la actividad, la misión del Beato Kolbe, del nombre de María Inmaculada….Ningún titubeo estorbe nuestra admiración, nuestra adhesión a esa consigna que el Beato nos deja en herencia” Un compatriota suyo, el Papa Juan Pablo II lo canonizó en 1982. Su fiesta se celebra el 14 de agosto

(Fuentes: evangeliodeldía.org; Aciprensa; catholic.net; EWTN a través de http://www.canaljesustv.com/14-san-maximiliano-maria-kolbe/)