jueves, 27 de abril de 2017

Más valen cicatrices por valiente, que piel intacta por cobarde.

A pesar del debate que se ha llevado a cabo las últimas semanas acerca de reiniciar las actividades escolares o no, hoy, nosotras las alumnas de 5to Año del Colegio Cristo Rey de Altamira, asumimos con madurez la responsabilidad que implica este llamado de no reincorporarnos a las actividades escolares. Para esto, pedimos el apoyo de nuestros representantes y de los profesores de la institución.
Muchos dicen que la educación está por encima de cualquier cosa pero, ¿de qué nos va a servir si no tenemos país? Creemos fielmente que en este momento las prioridades son otras. El destino de nuestro país está en juego y volver a la rutina sería decirle a la madre de Juan Pernalete, a la de Jairo Ortiz, o a la de Daniel Colmenares (entre muchas más), que la muerte de sus hijos fue en vano, que aquellos jóvenes valientes que salieron a marchar y a luchar en nombre de todos los venezolanos, murieron por un país que no los supo respaldar y que su muerte no será honrada. 
Como jóvenes que somos tenemos sueños e ilusiones, estamos llenas de esperanza y de fuerza, somos valientes y tenemos las ganas de luchar por el futuro que merecemos, por la vejez de nuestros padres, por la infancia, de lo que en un futuro, serán nuestros hijos y por los que hoy en día son los tuyos. Por eso tomamos la decisión de hacer este llamado. 
Mamá, papá, no lloren cuando me vaya a marchar, no me pidan que no salga a la calle, no me pidan que me quede en casa, porque ya no soy cobarde, porque ese miedo que sentía, me lo quitaron a golpes y con gas, es por eso hoy soy más valiente que ayer, porque el futuro de este país está en nuestros hombros y ese peso no se iguala a la dictadura de la que tú, yo y todos nuestros hermanos somos esclavos, pues, más valen cicatrices por valiente, que piel intacta por cobarde. 
Mamá no llores porque me fui a marchar, que yo lloro porque me arrebataron la infancia, pero tranquila que no voy a permitir que me roben el futuro. Alégrate y sonríe, porque a Venezuela la respalda una juventud que no se va a dejar pisotear. 
Queremos unidad, queremos reconciliación, aquí no hay bandos, los invitamos a dejar el resentimiento a un lado porque aquí todos somos venezolanos, todos nacimos en esta tierra y nos guste o no, llevamos la misma bandera tatuada en el pecho; sin importar nuestra inclinación política, un orgullo nos invade cada vez que escuchamos nuestro Himno Nacional. Porque tanto tú como yo somos las playas de agua cristalina de arena blanca, somos las montañas que cubren la ciudad de Caracas, somos dueños de aquellos Tepuyes, aquellos que llaman templo de Dioses, somos parte de la nieve de los páramos. Pero así como nos sentimos orgullosos de ser parte de tantas bendiciones, somos partícipes de tantas otras barbaridades, porque somos también cada niño que pasa hambre en la calle, somos cada anciano que no consigue sus medicamentos, somos cada madre que hace horas de cola para alimentar a sus hijos y somos cada padre al que no le alcanza el sueldo para mantener a su familia. No salimos a marchar por un bando político, salimos a marchar por Venezuela, por su gente, porque todos queremos libertad y pedimos a gritos justicia. 
Hoy, nosotras las alumnas de 5to Año del Colegio Cristo Rey de Altamira alzamos la voz en nombre de todo el alumnado, en nombre de cada uno de los Venezolanos que permanece callado por miedo a las consecuencias de su grito. Hoy expresamos todo nuestro apoyo a los familiares de aquellos jóvenes que, al igual que nosotras, han estado protestando por el país que soñamos. Hoy expresamos todo nuestro apoyo y solidaridad hacia los líderes que han estado tragando bombas y recibiendo golpes y les decimos que seguiremos con ustedes en la calle. Por último, queridos profesores, también marchamos por ustedes, porque son dignos de tanto y se conforman con tan poco, les decimos, son ejemplo y un motivo de lucha.
5to año-Promoción 50, Colegio Cristo Rey de Altamira
Caracas, 27 de abril de 2017