jueves, 26 de febrero de 2015

Luis Ugalde, S.J.

“El plan era eliminarme a mí simultáneo al ataque a Siria para anular
 este portento moral y político que es Venezuela” (N. Maduro, 2014).

“…sintió pena por la gente que se veía obligada a sembrar plátanos en sus jardines, esperanzados de comer un poco más de lo que la pobreza del racionamiento permitía. (…) no era el bloqueo el que producía la escasez de viandas, que se cultivaban en el país, sino la burocratización total del país que convertía a los plantadores en empleados del Estado y hacía que estos se despreocuparan por completo de las cosechas (…) el bloqueo de los Estados Unidos contra Cuba, (…) no podía explicar la escasez general de alimentos que antes el país no sólo producía lo suficiente sino que llegaba a exportarlos. Se dio cuenta de que este pensamiento, de ser expresado de viva voz, sería tildado enseguida de contrarrevolucionario en cualquier centro oficial”.  
No es Venezuela, es la Cuba de hace medio siglo en la pluma del escritor cubano Guillermo Cabrera Infante, recordando su esquizofrenia en 1965 y la de sus compañeros, funcionarios atrapados entre los restos del entusiasmo revolucionario de ayer y la brutal  pobreza y dictadura de hoy, donde el fuego de la esperanza se volvía cenizas. Rodeados de creciente miseria, a escondidas y en susurros, iban enterándose de cómo unos compañeros revolucionarios eran delatados por otros y sepultados en la cárcel de La Cabaña, si no lograban escaparse al exilio antes de que se cerrara la última puerta. Lo que soñaron como vida, al amanecer lo reconocieron como cenizas de muerte, cárcel, silencio y servidumbre, con doble moral institucionalizada.
Ya- ni allá ni aquí- nadie cree en el idealismo socialista, todo se reduce a sobrevivir en el poder al precio que sea, asediados por la propia incapacidad, demagogia y cinismo “revolucionarios”, millonarios armados que entronizan la pobreza nacional. La represión, las armas  y el militarismo suplen la falta de apoyo de la gran mayoría; película estalinista repetida en la “revolución cubana” donde al inicial sueño de la libertad  y justicia le nacen rejas por todas partes.

¿Alternativa? Sincerarnos con la realidad y tomar en serio y con indignación los derechos humanos perdidos, y reafirmar activamente la vida digna, el amor a Venezuela y a la violada Constitución, renunciando a un modelo “socialista-estatista” que necesariamente lleva a la miseria  y cárcel nacional. Es la vía para que la muchedumbre cerque a una minoría aferrada al poder que endurece los golpes dictatoriales, inventa magnicidios, convierte a los opositores en criminales, apresa a líderes como Ledezma, amenaza a María Corina Machado y Julio Borges…, mantiene arbitrariamente preso a Leopoldo López y a decenas de jóvenes luchadores por la democracia, los maltrata en las mazmorras y los criminaliza con acusaciones inventadas. Todo esto rodeado de miseria creciente reflejada en las colas y en los estantes vacíos…

¿Alternativa democrática? La unión de una inmensa fuerza sin armas; unión para denunciar, para romper el cerco comunicacional y para actuar. Las armas, la represión y la manipulación comunicacional las tiene el régimen, pero ya carece de gente y de esperanza. Enfrente el nuevo camino de esperanza realista, basada no en promesas al viento de la ilusión, sino en la dura realidad actual y las potencialidades productivas y el espíritu creativo hoy reprimidos. Transición somos todos en esta catástrofe nacional, excepto quienes se aferran a su represivo poder dictatorial. Unir a Venezuela (85% de los venezolanos, víctimas en uno y otro lado) en torno a las denuncias y a las propuestas alternativas y un triunfo electoral en las parlamentarias de este año, tan contundente que al gobierno decadente se vea obligado a reconocer que él y su modelo están derrotados. Es el camino que hay que presentar con coherencia, claridad, sin mezquindades ni dobles rostros que confunden, y con la puerta abierta a muchos que del lado del gobierno vienen con la esperanza perdida.
La cuaresma cristiana es camino de austeridad y cruz, centrado en la esperanza de la Resurrección y nueva vida. Muerta la esperanza en el falso paraíso marxista afirmemos la esperanza en nuestra dignidad, capacidades, unión y creatividad para abrir un nuevo camino para una nueva Venezuela.


Caracas, 26 de febrero de 2015







AL PRESBITERIO Y AL PUEBLO DE DIOS QUE PEREGRINA EN ESTA IGLESIA DE SAN CRISTÓBAL





1.
A los pies de la Cruz, traspasado su corazón de Madre, María recibió el cuerpo de su Hijo, recién muerto clavado en la Cruz. Antes, con palabras amorosas, Jesús nos la había dejado como Madre de todos los seres humanos. Su dolor, inexplicable a toda lógica humana, se asoció a la obra redentora de su Hijo. Hoy, ante los tristes acontecimientos ocurridos el 24 de febrero con la muerte violenta de un joven liceísta, como creyentes en Dios apelamos a María, la Virgen Dolorosa, cuyo corazón, de acuerdo a la profecía de Simeón, fue traspasado por una espada (cf. Lc. 2,35). Debemos acudir a ella para presentarle el dolor de una madre y de un padre, golpeados por la muerte violenta de su pequeño, hijo y cuyo corazón también ha sido traspasado por una espada movida por la violencia presente en nuestra sociedad.

Junto a ese dolor de dichos padres y sus otros hijos y familiares, también se asocia el de tantos padres y madres quienes están, viendo inermes e indefensos, la muerte física y moral de sus seres más queridos. Muerte física debido a la violencia y la inseguridad. Además, la muerte moral causada por tanta descomposición, con sus expresiones de droga, prostitución y materialismo.

La angustia causada por la muerte del Hijo, se convirtió en María en fortaleza y esperanza con la Resurrección. Ella, la llena de gracia, sale al encuentro de los padres, hermanos y familiares del joven estudiante asesinado para darles un consuelo y una fortaleza más que necesaria en estos momentos de tribulación. Le pedimos de todo corazón a María de la Consolación no les abandone y les dé el acompañamiento maternal de su intercesión ante el Hijo, Dios del Amor.

2.
De nuevo rechazamos todo tipo de violencia, venga de donde venga. Pero de manera particular pedimos encarecidamente a las autoridades civiles, militares y policiales que no empleen ni métodos ni armamentos contrarios a la legalidad y a la dignidad de los seres humanos. Su deber es mantener el orden, apegados a la ley y el respeto a los derechos humanos, así como brindar a todos los ciudadanos la necesaria seguridad. Quienes son los causantes de la muerte del joven estudiante y de otros desmanes deben asumir su responsabilidad y ser llevados a los órganos correspondientes de administración de justicia.

La protesta es un derecho ciudadano. Ciertamente que debe realizarse en los parámetros de la legalidad y debe ser pacífica. Hay muchas razones serias y objetivas para ella. Quienes la realicen deben hacerla con sentido ciudadano y respetando también la sana convivencia de los demás conciudadanos. De igual modo, las autoridades correspondientes deben escuchar los clamores de quienes elevan sus voces y leer en ellas las indicaciones, sugerencias y peticiones que se les hace. Por ello, siguiendo la invitación del Papa Francisco, nunca hemos de agotar los espacios para el encuentro y el diálogo, el cual ha de ser siempre constructivo y comprometedor para la búsqueda de soluciones y así dar respuestas a las necesidades de todos.

Condenamos todo tipo de violencia, reñida con los principios fundamentales del Evangelio y el mandamiento del amor fraterno: desde la represión inhumana hasta el menosprecio de los más pequeños y débiles. El Evangelio nos recuerda un compromiso distintivo de nuestra fe en Jesús: ser constructores de la paz, pues somos hijos de un mismo Dios y Padre (cf. Mt. 5,9)




3.
Los creyentes en Cristo siempre estamos ante el desafío del Evangelio, Palabra viva de salvación y libertad. Todos los discípulos de Jesús, cualquiera sea nuestra condición (estudiantes, obreros, políticos, profesionales, empresarios, agricultores, sacerdotes, amas de casa, ricos y pobres…) estamos comprometidos con la edificación de un mundo nuevo, donde brille la luz del Reino de Dios, con sus características de paz, justicia, reconciliación, perdón, solidaridad… Ello exige de todos nosotros una actitud humana y cristiana: humana, por los valores fundamentales y la defensa de la dignidad de la Persona; cristiana, por el testimonio de caridad y esperanza desde la propia fe.

En esta línea nos ayudan las palabras del Papa Francisco, quien nos está invitando a no dejarnos robar la esperanza (cf. Evangelium Gaudium 86): Los males de nuestro mundo —y los de la Iglesia— no deberían ser excusas para reducir nuestra entrega y nuestro fervor. Mirémoslos como desafíos para crecer. Además, la mirada creyente es capaz de reconocer la luz que siempre derrama el Espíritu Santo en medio de la oscuridad, sin olvidar que «donde abundó el pecado sobreabundó la gracia» (Rm 5,20). Nuestra fe es desafiada a vislumbrar el vino en que puede convertirse el agua y a descubrir el trigo que crece en medio de la cizaña (n. 84).

Estamos todos invitados a dar nuestra contribución a la crisis por la que atraviesa el país. Cada uno desde su posición, respetando el ordenamiento constitucional y jurídico del país: las autoridades nacionales y regionales deben prestar oído atento a los clamores de muchos de los ciudadanos; los dirigentes políticos, de todas las tendencias, deben sumar esfuerzos para crear un clima de paz, concordia y aportar  lo necesario para la solución de los problemas. Todos los miembros de la sociedad, desde el cumplimiento de los deberes y la exigencia de respeto de los derechos fundamentales, sobre todo el de la vida, hemos de ayudar a la paz y la convivencia fraterna de todos.

En los momentos de crisis, poner la mirada en los valores del Reino de Dios nos permitirá no sólo superar las dificultades sino, de manera clara y decidida hacer brillar,  de manera continua y cotidiana, la luz de la verdad, la justicia  y la paz, cuya fuente primordial es Cristo Salvador. Para ello nos colocamos en los brazos del Cristo amoroso del rostro sereno, y contamos con la maternal protección de María del Táchira, Nuestra Señora de la Consolación.



+Mario, Obispo de San Cristóbal.

En San Cristóbal, 25 de febrero del año 2015.



miércoles, 18 de febrero de 2015

¿POR QUÉ ES TAN IMPORTANTE LA PREVENCIÓN EN SALUD?

                                                                                                                                                    María Yanes  (*)





Uno de los significados de la palabra prevención, según el diccionario de la lengua española (DRAE) es: “Preparación y disposición que se hace anticipadamente para evitar un riesgo o ejecutar algo”, importante definición para entender la trascendencia que tiene en  salud. En este sentido, podemos considerar que en un verdadero y adecuado sistema de salud el pilar fundamental del mismo debe ser la prevención del riesgo o, lo que pudiera ser igual, la prevención de la enfermedad. Mantener las condiciones de vida lo más sanas y saludables posible en  una población es el objetivo fundamental de todo sistema de gobierno, cuyo deber es tener o alcanzar la consolidación de un auténtico y efectivo sistema público nacional de salud.
El evento internacional más importante sobre este tema se realizó en el año 1978, en la Ciudad de Alma-Ata, en la República de Kazajistán, miembro de la antigua Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas. Dicho evento fue preparado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y la Unicef; participaron 134 países y 67 organizaciones internacionales, de allí salió la famosa e importante “Declaración de Alma-Ata”, la cual contenía los lineamientos que enfatizaban  la importancia de la atención primaria en salud (APS), y cuyo objetivo principal se apoyaba en el lema “Salud para todos en el año 2000”.
Si se realizara en forma efectiva la atención en salud en sus tres niveles: primario, secundario y terciario, como se ha establecido incluso por la OMS/OPS, la situación de salud en nuestro país sería otra, pero qué difícil ha sido lograr este modelo de atención establecido incluso por las organizaciones de salud de gran relevancia.
En el nivel de prevención primaria se trata de evitar o prevenir la enfermedad o daño en personas sanas; el secundario está encaminado a detectar la enfermedad en su estadio inicial a fin de aplicar medidas que eviten su progresión; en el terciario ya estarían contempladas las medidas para el tratamiento y rehabilitación en una determinada enfermedad que frenen la progresión de la misma y evitar las complicaciones que puedan deteriorar la calidad de vida de la persona enferma. Para esto hay que implementar un modelo o políticas de salud acordes con los tiempos y tener la planificación que conlleve a hacer efectivo este modelo de atención. La atención primaria en salud (APS) es la clave fundamental.






Rememorando la Declaración de Alma-Ata, la OMS dice lo siguiente: “Los gobiernos deben asegurar los recursos para el fortalecimiento de la APS y que su implementación reduzca las inequidades de salud, la necesidad de desarrollar recursos humanos necesarios para cubrir esta atención primaria a largo plazo y darles soporte a las comunidades para su participación activa”.
En nuestro país se implementó un sistema paralelo de salud; desde el año 2002 se inició con la Misión Barrio Adentro I, base de la atención primaria, organizada en pequeños módulos de atención, orientados a la promoción y prevención en salud. Hoy día, por información extraoficial, un porcentaje importante de dichos módulos no funcionan, quizás reflejo de esto es el colapso de nuestros hospitales.
En un sistema de salud público que funcione como debe ser, 80% de la población debería ver resuelto sus problemas de salud en los dos primeros niveles de atención, y 20% es el que debería asistir a los establecimientos hospitalarios, fundamentalmente a los que tienen una gran capacidad de camas de hospitalización. Los programas de salud del Ministerio del Poder Popular para la Salud tienen como lineamientos principales: la promoción y prevención en salud, prevención de factores de riesgo, atención al daño y rehabilitación. Según información también extraoficial, actualmente no cumplen estas funciones en su totalidad y han pasado a ser programas más curativos que preventivos, esto se traduce en un incremento del costo en la salud.
Orientar a las comunidades con base en campañas educativas para prevenir enfermedades y que participen en estas actividades, que se lleve a cabo en forma efectiva y completa el programa de inmunización contra las enfermedades infecciosas más importantes y que son prevenibles por la vacunación, prevenir las enfermedades endémicas –por ejemplo el dengue,  hoy en día pasó a ser epidémica y de paso no sabemos el número de casos en forma oficial desde hace aproximadamente 13 semanas–, preservar las buenas condiciones de salud ambiental y salubridad, asegurar los medicamentos esenciales. En fin, son algunos aspectos fundamentales de un  efectivo sistema público nacional de salud, con el cual no contamos todavía. De lo expuesto podemos concluir por qué la prevención es importante para preservar la salud.

(*) Presidenta de la Red  de Sociedades Científicas y Médicas de Venezuela


martes, 10 de febrero de 2015

“LA TUMBA", siete celdas de tortura en el corazón de Caracas






(Foto EFE)
El primero en denunciar internacionalmente su existencia ha sido el expresidente Andrés Pastrana, publica ABC de España.

Ludmila Vinogradoff / Corresponsal en Caracas
«La tumba» no es el nombre de una película de terror pero podría serlo por el horror al que se ven sometidos los estudiantes y presos políticos venezolanos encerrados bajo condiciones infrahumanas en reducidas celdas de dos por tres metros, sin ventanas ni baño, situadas en el nuevo edificio del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional, Sebin, que la policía política usa para torturar a los opositores.
El primero en denunciar internacionalmente la existencia de «la tumba» fue el expresidente de Colombia Andrés Pastrana la semana pasada durante su fallida visita al líder Leopoldo López en la cárcel militar de Ramo Verde.
«”La tumba” está situada cinco pisos bajo tierra»
En sus declaraciones a la prensa colombiana, Pastrana aseguró que «en Venezuela hay 83 presos políticos y casos aberrantes como son los de las tumbas, a cinco pisos bajo tierra con aire acondicionado a temperaturas por debajo de cero, donde meten a estudiantes que protestan y que no ven la luz en tres y cuatro meses».
Tamara Sujú Roa, una abogada defensora de los derechos humanos, miembro de la ONG Foro Penal Venezolano, describía hace unos días el lugar en detalle en el semanario «La Razón».
Sin luz, ni aire natural
La prisión de siete celdas pequeñas, conocida como «la tumba», está situada en su sede de la Plaza Venezuela de Caracas. En el sótano quinto se hallan recluidos desde hace más de cinco meses tres jóvenes estudiantes: Lorent Saleh, Gabriel Valles y Gerardo Carrero por protestar contra el gobierno de Maduro.
En su relato la abogada sintió claustrofobia al visitar la prisión. «En “la tumba”, cinco pisos por debajo de la superficie, no hay sonidos, no hay ventanas, no hay luz natural ni ventilación. Solo se escucha el paso del Metro, encima de la cabeza. Las siete celdas de dos por tres metros están alineadas de forma continua, una detrás de la otra, por lo que los detenidos no pueden verse. Piso y paredes blancas, rejas grises, con una apertura por donde les meten la comida. Cama de cemento blanco, mesa de cemento blanco. Los detenidos pasan las 24 horas del día encerrados vigilados por cámaras y micrófonos. Sólo estiran las piernas cuando tocan un timbre interno para ir al baño, y hay veces en que no los sacan, por lo que tienen un bote (vacinica) previsto para esa emergencia. No hay otro color. Sólo blanco y gris. No hay sonido, sólo sus voces, no hay ni sol, ni luna, ni tiempo, porque no tienen reloj, por lo que no tienen noción de la hora, y no se saben si realmente es de día o es de noche».
«Los detenidos sufren diarreas, vómitos, fiebre y alucinaciones»
Los familiares y abogados de los tres estudiantes: Carrero, Saleh y Valles han denunciado en el primer mes de reclusión que los jóvenes ni siquiera podían dormir porque la luz blanca permanecía encendida las 24 horas del día, y el aire acondicionado lo ponían a muy baja temperatura, como un frigorífico. Los detenidos saben que es de noche cuando les apagan la luz, pero «el aire acondicionado a cero grados funge como mecanismo de tortura, es decir, cuando quieren castigarlos, se lo ponen bien frío. Comen en el suelo, sentados en el pequeño espacio que queda entre la cama y la reja.
Visten uniforme caqui, y sólo pueden usar su ropa en la hora de visita. Sólo tienen permitido que los vean dos personas cuyos nombres ellos dieron cuando llegaron allí. Al principio, no les permitieron la visita de los abogados durante más de un mes. Todos han estado enfermos. Diarreas, vómitos, fiebre alta y alucinaciones. Un médico del Sebin les receta algún medicamento que ingieren con temor», subraya Sujú.
Y añade: «El aislamiento de estos jóvenes, día tras día, mes tras mes, termina siendo desquiciante. Sólo los han sacado al exterior tres veces, por una hora, en cinco meses. Todos están muy pálidos, obviamente, además las secuelas que deja la falta de vitamina D. Se les permiten libros, aprobados por los custodios, pero no tienen acceso a prensa, ni a noticias de ningún tipo».
«La tortura blanca pretende acabar con la voluntad de los detenidos»
El abogado Omar Mora Tosta, director de la ONG «Justicia y Proceso», señala que en «la tumba» los carceleros practican la «tortura blanca» o la «muerte blanca», que acaba quebrando la voluntad de los detenidos para obligarlos a firmar documentos en los que se declaran culpables y comprometen a terceras personas. Hasta ahora los detenidos han resistido las torturas y no han firmado ninguna declaración, asegura el abogado Mora. También refiere que para distraerse los jóvenes se la pasan quitando y poniendo calcetines como una manera de ejercitar la mente.