Uno de los significados de la
palabra prevención, según el diccionario de la lengua española (DRAE) es:
“Preparación y disposición que se hace anticipadamente para evitar un riesgo o
ejecutar algo”, importante
definición para entender la trascendencia que tiene en salud. En este
sentido, podemos considerar que en un verdadero y adecuado sistema de salud el
pilar fundamental del mismo debe ser la prevención del riesgo o, lo que pudiera
ser igual, la prevención de la enfermedad. Mantener las condiciones de vida lo
más sanas y saludables posible en una población es el objetivo
fundamental de todo sistema de gobierno, cuyo deber es tener o alcanzar la
consolidación de un auténtico y efectivo sistema público nacional de salud.
El evento internacional más
importante sobre este tema se realizó en el año 1978, en la Ciudad de Alma-Ata,
en la República de Kazajistán, miembro de la antigua Unión de Repúblicas
Socialistas Soviéticas. Dicho evento fue preparado por la Organización Mundial
de la Salud (OMS), la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y la Unicef;
participaron 134 países y 67 organizaciones internacionales, de allí salió la
famosa e importante “Declaración de Alma-Ata”, la cual contenía los
lineamientos que enfatizaban la importancia de la atención primaria en
salud (APS), y cuyo objetivo principal se apoyaba en el lema “Salud para todos
en el año 2000”.
Si se realizara en forma efectiva
la atención en salud en sus tres niveles: primario, secundario y terciario,
como se ha establecido incluso por la OMS/OPS, la situación de salud en nuestro
país sería otra, pero qué difícil ha sido lograr este modelo de atención
establecido incluso por las organizaciones de salud de gran relevancia.
En el nivel de prevención
primaria se trata de evitar o prevenir la enfermedad o daño en personas sanas;
el secundario está encaminado a detectar la enfermedad en su estadio inicial a
fin de aplicar medidas que eviten su progresión; en el terciario ya estarían
contempladas las medidas para el tratamiento y rehabilitación en una
determinada enfermedad que frenen la progresión de la misma y evitar las
complicaciones que puedan deteriorar la calidad de vida de la persona enferma.
Para esto hay que implementar un modelo o políticas de salud acordes con los
tiempos y tener la planificación que conlleve a hacer efectivo este modelo de
atención. La atención primaria en salud (APS) es la clave fundamental.
Rememorando la Declaración de
Alma-Ata, la OMS dice lo siguiente: “Los gobiernos deben asegurar los recursos
para el fortalecimiento de la APS y que su implementación reduzca las
inequidades de salud, la necesidad de desarrollar recursos humanos necesarios
para cubrir esta atención primaria a largo plazo y darles soporte a las
comunidades para su participación activa”.
En nuestro país se implementó un
sistema paralelo de salud; desde el año 2002 se inició con la Misión Barrio
Adentro I, base de la atención primaria, organizada en pequeños módulos de
atención, orientados a la promoción y prevención en salud. Hoy día, por
información extraoficial, un porcentaje importante de dichos módulos no
funcionan, quizás reflejo de esto es el colapso de nuestros hospitales.
En un sistema de salud público
que funcione como debe ser, 80% de la población debería ver resuelto sus
problemas de salud en los dos primeros niveles de atención, y 20% es el que
debería asistir a los establecimientos hospitalarios, fundamentalmente a los
que tienen una gran capacidad de camas de hospitalización. Los programas de
salud del Ministerio del Poder Popular para la Salud tienen como lineamientos
principales: la promoción y prevención en salud, prevención de factores de
riesgo, atención al daño y rehabilitación. Según información también
extraoficial, actualmente no cumplen estas funciones en su totalidad y han
pasado a ser programas más curativos que preventivos, esto se traduce en un
incremento del costo en la salud.
Orientar a las comunidades con
base en campañas educativas para prevenir enfermedades y que participen en
estas actividades, que se lleve a cabo en forma efectiva y completa el programa
de inmunización contra las enfermedades infecciosas más importantes y que son
prevenibles por la vacunación, prevenir las enfermedades endémicas –por ejemplo
el dengue, hoy en día pasó a ser epidémica y de paso no sabemos el número
de casos en forma oficial desde hace aproximadamente 13 semanas–, preservar las
buenas condiciones de salud ambiental y salubridad, asegurar los medicamentos
esenciales. En fin, son algunos aspectos fundamentales de un efectivo
sistema público nacional de salud, con el cual no contamos todavía. De lo
expuesto podemos concluir por qué la prevención es importante para preservar la
salud.
(*) Presidenta de la Red de Sociedades Científicas y Médicas de Venezuela
(*) Presidenta de la Red de Sociedades Científicas y Médicas de Venezuela
No hay comentarios.:
Publicar un comentario