María Yanes (*)
La pregunta que sirve
de título al presente artículo nos la hacemos todos los días en el gremio
médico, fundamentalmente los epidemiólogos, especialistas de la medicina que
estudian en profundidad el comportamiento y evolución de las enfermedades surgidas
en una determinada población, sobre todo aquellas de notificación obligatoria y
que en algún momento pudieran causar un gran impacto en la salud pública. La
publicación del Boletín Epidemiológico Nacional por parte de la mayor autoridad
en salud debería ser de carácter obligatorio y de una periodicidad semanal. Son
52 semanas epidemiológicas que contienen el estado de salud de la población a
lo largo de un año, por lo que puede suponer y concluir sobre la importancia de
esta información. Desde 1938, año de la creación de este boletín, el Ministerio de
Salud daba cuenta sobre la situación epidemiológica a
través de esta publicación que realizó de forma ininterrumpida por algo más de
60 años. Resulta incomprensible y nos llena de asombro e impotencia el
desconocimiento hasta los actuales momentos del comportamiento de aquellas
enfermedades endémicas y epidémicas en el país debido a la gran irresponsabilidad
oficial de suspender la publicación del citado boletín desde el 1º de noviembre
de 2014 hasta la fecha. Es decir, llevamos cinco meses de silencio por parte de
las autoridades oficiales respecto a la situación epidemiológica en el país.
Sin embargo, no es la primera vez que esto ocurre: entre 2007 y 2009 también
las autoridades de salud responsables suspendieron hasta por un año la emisión
de dicho boletín.
Para el conocimiento de
la población en general, en este órgano de divulgación oficial del Ministerio
de Salud se informa todo lo concerniente a la situación epidemiológica nacional:
lo que deben ser los estándares de la vigilancia epidemiológica, cuáles las
enfermedades de notificación obligatoria y el número de casos acumulativos en
el año. Ejemplo de estas son infecciones respiratorias agudas, neumonía,
fiebre, diarreas, influenza y no se puede dejar de mencionar, como lo hemos
hecho en otras oportunidades, los brotes epidémicos de dengue, malaria y
chikungunya, esta última como enfermedad emergente o de primera aparición en el
país en junio de 2014, dato nunca reflejado en el boletín a pesar de que fue
declarada enfermedad de notificación obligatoria. De todas estas enfermedades
se hace un monitoreo de casos por entidades federales; también, otras
enfermedades infecciosas transmisibles y prevenibles por vacunas deben estar
incluidas, como la hepatitis B y la varicela. Se debe dar cuenta de dos
indicadores de salud de suma importancia como son la mortalidad infantil y
materna, y que por información extraoficial ha habido un incremento en
comparación a los años anteriores. Esto se considera un tema aparte para
comentar posteriormente debido a su gran relevancia en la salud pública.
En fin, no se pueden
mencionar por razones de espacio, las 72 enfermedades de notificación
obligatoria que se incluyen en este boletín, dato que nos da una idea de la
extraordinaria importancia de esta herramienta de comunicación sobre el estado de salud del
país y que debe ser del conocimiento de los epidemiólogos y sanitaristas del
país, quienes se encargan de ofrecer recomendaciones, aplicar las medidas de
prevención y diseñar e implementar políticas de salud que conlleven al control
de todas estas enfermedades y así evitar situaciones epidémicas. Conocer los
grupos de edad y regiones más afectadas por estas enfermedades es de extraordinaria
importancia para el médico epidemiólogo, y por si fuera poco, esta información
debe enviarse a la Organización Mundial de la Salud y Organización Panamericana
de la Salud pues Venezuela forma parte de los estados miembros de estas
organizaciones, de las cuales también debe recibir recomendaciones. El
Viceministerio de Redes de Salud Colectiva y la Dirección de Epidemiologia son los
responsables de la divulgación del boletín; esta última debe organizar la
notificación semanal de las enfermedades que deben ser sujetas a vigilancia epidemiológica,
analizar la información y difundir los resultados en forma periódica o semanal
para mantener actualizado el panorama epidemiológico nacional. Lamentablemente no
tenemos respuesta a la pregunta inicial. Semana tras semana, persiste un angustiante
e irresponsable silencio oficial mientras no se reestablezca la publicación periódica
del tan necesario Boletín Epidemiológico Nacional.
(*) Presidenta de la Red de Sociedades Científicas y Médicas de Venezuela
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