domingo, 12 de abril de 2015

ORGANIZACIONES DE PACIENTES SE HICIERON SENTIR

                                                                                                            MARÍA YANES (*)





E l 16 de este mes acudieron ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) organizaciones de pacientes de gran importancia como: Amigos Trasplantados de Venezuela, Acción Solidaria en VIH /SIDA, Asociación Venezolana para la Hemofilia, de Drepanocitosis y Talasemias, la Fundación de la lucha contra el cáncer de mama (Fundacamama) y la Asociación civil Senos Ayuda. Todas estas organizaciones forman parte de la Coalición de Organizaciones por el Derecho a la Salud y la Vida (CODEVIDA) la cual también estuvo presente en tan resaltante audiencia, cuyo objetivo principal era precisamente la defensa del derecho a la salud y a la vida, obligación contemplada en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (CRBV) y en convenios internacionales como el Pacto Internacional de Derechos Sociales, económicos y culturales (PIDESC).
En esta ocasión, se hizo entrega de un extraordinario informe con bases sólidas y argumentos totalmente creíbles y demostrables, donde se defiende el derecho humano más sagrado: el derecho a la vida. Una acción como esta es respetada en la mayoría de los países del mundo, por lo que debe serlo también en nuestro país. La CIDH es un “es un órgano principal y autónomo de la Organización de Estados americanos (OEA) encargado de la protección y defensa de los derechos humanos en el continente americano”, creada en 1959, instancia que además de autónoma, objetivo e imparcial, a nuestro juicio y debe cumplir estrictamente el papel para lo cual fue creada sin dejarse influenciar por factores externos y políticos.





Quisiera resaltar lo contemplado en el informe presentado y entregado a tan importante organismo internacional. Se realizó un análisis muy completo y detallado del incumplimiento del Estado venezolano a la garantía del derecho a la salud y a la falta de consolidación de un sistema público nacional de salud del cual adolece nuestro país. Este sistema debería ser “descentralizado y participativo, integrado al sistema de seguridad social “y tal como lo contempla dicho informe, que incluya fuentes de financiamiento, y esto es texto de nuestra carta magna en sus artículos 84 y 85. Además, señala dicho informe que en 15 años no se ha promulgado la Ley Orgánica de Salud que garantiza el cumplimiento de las normas constitucionales, por cierto deuda pendiente de este gobierno. También analiza con bases bien documentadas la situación de los servicios de salud actualmente como el deterioro de los centros hospitalarios, la disminución importante de las camas operativas en dichos centros, el déficit del personal de salud y la grave escasez de insumos-médicos y quirúrgicos que se ha venido exacerbando desde el año 2013 y que en los actuales momentos ha incidido en la suspensión de cirugías electivas y de emergencia y que también ha afectado a otras áreas de servicio como radiología, laboratorio y bancos de sangre. Se enfatiza igualmente en la crisis de desabastecimiento del sector salud lo que concierne al acceso de medicamentos para todo tipo de pacientes, pero algunos vitales para aquellos que representan estas organizaciones. El informe describe la situación de las personas en riesgo como pacientes con patologías cardiovasculares que ameritan la implantación de marcapasos o stent coronarios. Por ejemplo, la falta de atención oportuna y adecuada de las embarazadas y recién nacidos, de 15.000 personas con problemas renales que ameritan diálisis y no reciben las condiciones mínimas de confort, salubridad, insumos médicos y exámenes rutinarios de sangre, la falta de unidades de diálisis para esta gran demanda de pacientes. Además la lista de 5.000 personas en espera de trasplante y que el Ministerio de Salud decidió desde el año 2013, de manera no planificada, encargarse de la procura de órganos y tejidos.

 Sumo a esto las personas con afecciones como linfomas y mielomas múltiples, cáncer, VIH/SIDA y patologías más frecuentes como la hipertensión y diabetes en relación al acceso de manera muy irregular los tratamientos que requieren y otras muchas situaciones de personas en  riesgo, se describen en este informe. Pero más allá del análisis de la crisis de salud, la cual es inocultable, se hicieron las recomendaciones pertinentes como “el abordaje urgente por parte del Estado de la situación del derecho a la salud actualmente como la toma de medidas oportunas y consistentes con el carácter urgente de las necesidades”. 

Preocupa la última nota de prensa de la CIDH con fecha 20 de marzo, expresando “su alarma ante intimidación en Venezuela contra las personas que acuden al sistema interamericano de derechos  humanos” hecho que debemos repudiar y rechazar. Ante esto último, la conclusión más importante: Las organizaciones de pacientes se hicieron sentir en la defensa de sus derechos, expresando una real y cruda realidad sobre la salud actual en Venezuela.





(*) Presidenta de la Red de Sociedades Científicas y Médicas de Venezuela

sábado, 11 de abril de 2015

¿QUÉ PASÓ CON EL BOLETÍN EPIDEMIOLÓGICO NACIONAL?

                                           María Yanes (*)

La pregunta que sirve de título al presente artículo nos la hacemos todos los días en el gremio médico, fundamentalmente los epidemiólogos, especialistas de la medicina que estudian en profundidad el comportamiento y evolución de las enfermedades surgidas en una determinada población, sobre todo aquellas de notificación obligatoria y que en algún momento pudieran causar un gran impacto en la salud pública. La publicación del Boletín Epidemiológico Nacional por parte de la mayor autoridad en salud debería ser de carácter obligatorio y de una periodicidad semanal. Son 52 semanas epidemiológicas que contienen el estado de salud de la población a lo largo de un año, por lo que puede suponer y concluir sobre la importancia de esta información. Desde 1938, año de la  creación de este boletín, el Ministerio de Salud daba cuenta sobre la situación epidemiológica a través de esta publicación que realizó de forma ininterrumpida por algo más de 60 años. Resulta incomprensible y nos llena de asombro e impotencia el desconocimiento hasta los actuales momentos del comportamiento de aquellas enfermedades endémicas y epidémicas en el país debido a la gran irresponsabilidad oficial de suspender la publicación del citado boletín desde el 1º de noviembre de 2014 hasta la fecha. Es decir, llevamos cinco meses de silencio por parte de las autoridades oficiales respecto a la situación epidemiológica en el país. Sin embargo, no es la primera vez que esto ocurre: entre 2007 y 2009 también las autoridades de salud responsables suspendieron hasta por un año la emisión de dicho boletín.


Para el conocimiento de la población en general, en este órgano de divulgación oficial del Ministerio de Salud se informa todo lo concerniente a la situación epidemiológica nacional: lo que deben ser los estándares de la vigilancia epidemiológica, cuáles las enfermedades de notificación obligatoria y el número de casos acumulativos en el año. Ejemplo de estas son infecciones respiratorias agudas, neumonía, fiebre, diarreas, influenza y no se puede dejar de mencionar, como lo hemos hecho en otras oportunidades, los brotes epidémicos de dengue, malaria y chikungunya, esta última como enfermedad emergente o de primera aparición en el país en junio de 2014, dato nunca reflejado en el boletín a pesar de que fue declarada enfermedad de notificación obligatoria. De todas estas enfermedades se hace un monitoreo de casos por entidades federales; también, otras enfermedades infecciosas transmisibles y prevenibles por vacunas deben estar incluidas, como la hepatitis B y la varicela. Se debe dar cuenta de dos indicadores de salud de suma importancia como son la mortalidad infantil y materna, y que por información extraoficial ha habido un incremento en comparación a los años anteriores. Esto se considera un tema aparte para comentar posteriormente debido a su gran relevancia en la salud pública.


En fin, no se pueden mencionar por razones de espacio, las 72 enfermedades de notificación obligatoria que se incluyen en este boletín, dato que nos da una idea de la extraordinaria importancia de esta herramienta de  comunicación sobre el estado de salud del país y que debe ser del conocimiento de los epidemiólogos y sanitaristas del país, quienes se encargan de ofrecer recomendaciones, aplicar las medidas de prevención y diseñar e implementar políticas de salud que conlleven al control de todas estas enfermedades y así evitar situaciones epidémicas. Conocer los grupos de edad y regiones más afectadas por estas enfermedades es de extraordinaria importancia para el médico epidemiólogo, y por si fuera poco, esta información debe enviarse a la Organización Mundial de la Salud y Organización Panamericana de la Salud pues Venezuela forma parte de los estados miembros de estas organizaciones, de las cuales también debe recibir recomendaciones. El Viceministerio de Redes de Salud Colectiva y la Dirección de Epidemiologia son los responsables de la divulgación del boletín; esta última debe organizar la notificación semanal de las enfermedades que deben ser sujetas a vigilancia epidemiológica, analizar la información y difundir los resultados en forma periódica o semanal para mantener actualizado el panorama epidemiológico nacional. Lamentablemente no tenemos respuesta a la pregunta inicial. Semana tras semana, persiste un angustiante e irresponsable silencio oficial mientras no se reestablezca la publicación periódica del tan necesario Boletín Epidemiológico Nacional. 




(*) Presidenta de la Red de Sociedades Científicas y Médicas de Venezuela