Luis
Ugalde, S.J.
“El plan era eliminarme
a mí simultáneo al ataque a Siria para anular
este portento moral y político que es
Venezuela” (N. Maduro, 2014).
“…sintió pena por la gente que se veía obligada a sembrar plátanos en
sus jardines, esperanzados de comer un poco más de lo que la pobreza del
racionamiento permitía. (…) no era el bloqueo el que producía la escasez de
viandas, que se cultivaban en el país, sino la burocratización total del país
que convertía a los plantadores en empleados del Estado y hacía que estos se
despreocuparan por completo de las cosechas (…) el bloqueo de los Estados
Unidos contra Cuba, (…) no podía explicar la escasez general de alimentos que
antes el país no sólo producía lo suficiente sino que llegaba a exportarlos. Se
dio cuenta de que este pensamiento, de ser expresado de viva voz, sería tildado
enseguida de contrarrevolucionario en cualquier centro oficial”.
No
es Venezuela, es la Cuba de hace medio siglo en la pluma del escritor cubano Guillermo
Cabrera Infante, recordando su esquizofrenia en 1965 y la de sus compañeros, funcionarios atrapados entre los restos del entusiasmo revolucionario de
ayer y la brutal pobreza y dictadura de
hoy, donde el fuego de la esperanza se volvía cenizas. Rodeados de creciente
miseria, a escondidas y en susurros, iban enterándose de cómo unos compañeros
revolucionarios eran delatados por otros y sepultados en la cárcel de La Cabaña,
si no lograban escaparse al exilio antes de que se cerrara la última puerta. Lo
que soñaron como vida, al amanecer lo reconocieron como cenizas de muerte,
cárcel, silencio y servidumbre, con doble moral institucionalizada.
Ya-
ni allá ni aquí- nadie cree en el idealismo socialista, todo se reduce a
sobrevivir en el poder al precio que sea, asediados por la propia incapacidad,
demagogia y cinismo “revolucionarios”, millonarios armados que entronizan la
pobreza nacional. La represión, las armas
y el militarismo suplen la falta de apoyo de la gran mayoría; película estalinista
repetida en la “revolución cubana” donde al inicial sueño de la libertad y justicia le nacen rejas por todas partes.
¿Alternativa? Sincerarnos
con la realidad y tomar en serio y con indignación los derechos humanos
perdidos, y reafirmar activamente la vida digna, el amor a Venezuela y a la
violada Constitución, renunciando a un modelo “socialista-estatista” que
necesariamente lleva a la miseria y
cárcel nacional. Es la vía para que la muchedumbre cerque a una minoría aferrada
al poder que endurece los golpes dictatoriales, inventa magnicidios, convierte
a los opositores en criminales, apresa a líderes como Ledezma, amenaza a María
Corina Machado y Julio Borges…, mantiene arbitrariamente preso a Leopoldo López
y a decenas de jóvenes luchadores por la democracia, los maltrata en las
mazmorras y los criminaliza con acusaciones inventadas. Todo esto rodeado de
miseria creciente reflejada en las colas y en los estantes vacíos…
¿Alternativa democrática? La
unión de una inmensa fuerza sin armas; unión para denunciar, para romper el
cerco comunicacional y para actuar. Las armas, la represión y la manipulación
comunicacional las tiene el régimen, pero ya carece de gente y de esperanza. Enfrente el
nuevo camino de esperanza realista, basada no en promesas al viento de la
ilusión, sino en la dura realidad actual y las potencialidades productivas y el
espíritu creativo hoy reprimidos. Transición
somos todos en esta catástrofe nacional, excepto quienes se aferran a su
represivo poder dictatorial. Unir a Venezuela (85% de los venezolanos, víctimas en uno y otro lado)
en torno a las denuncias y a las propuestas alternativas y un triunfo electoral en las parlamentarias de
este año, tan contundente que al gobierno decadente se vea obligado a reconocer
que él y su modelo están derrotados. Es el camino que hay que presentar con
coherencia, claridad, sin mezquindades ni dobles rostros que confunden, y con
la puerta abierta a muchos que del lado del gobierno vienen con la esperanza
perdida.
La
cuaresma cristiana es camino de austeridad y cruz, centrado en la esperanza de
la Resurrección y nueva vida. Muerta la esperanza en el falso paraíso marxista
afirmemos la esperanza en nuestra dignidad, capacidades, unión y creatividad para
abrir un nuevo camino para una nueva Venezuela.
Caracas,
26 de febrero de 2015