Con gran respeto por quienes no comparten la fe cristiana, pero también con una inmensa confianza en que Dios nos ama y nos habla a través de las Escrituras, publicamos este pasaje del Nuevo Testamento en que Pablo le hace a su
discípulo y hermano Timoteo unas recomendaciones acerca de la oración. Creo que
nos pueden ayudar si las meditamos con profundidad:
1 Ante todo, te recomiendo que se hagan peticiones,
oraciones, súplicas y acciones de gracias por todos los hombres,
2 por los soberanos y por todas las autoridades, para que
podamos disfrutar de paz y de tranquilidad, y llevar una vida piadosa y digna.
3 Esto es bueno y agradable a Dios, nuestro Salvador,
4 porque él quiere que todos se salven y lleguen al
conocimiento de la verdad.
5 Hay un solo Dios y un solo mediador entre Dios y los
hombres: Jesucristo, hombre él también,
6 que se entregó a sí mismo para rescatar a todos. Este
es el testimonio que él dio a su debido tiempo,
7 y del cual fui constituido heraldo y Apóstol para
enseñar a los paganos la verdadera fe. Digo la verdad, y no miento.
8 Por lo tanto, quiero que los hombres oren
constantemente, levantando las manos al cielo con recta intención, sin
arrebatos ni discusiones.
(1 Tim 1:1-8)
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