jueves, 9 de julio de 2015

LA HUIDA DEL CONOCIMIENTO

                                                                       MARÍA YANES





El ser humano se ha caracterizado fundamentalmente por la inquietud o avidez de adquirir conocimientos. Es algo innato, bien sea en cualquier actividad, situación, nivel o estrato social. La vida del ser humano transcurre sobre una necesidad de aprender, de poder tener acceso a oportunidades y facilidades para adquirir el conocimiento que le permitirá desenvolverse o trabajar en una determinada actividad o en cualquier profesión u oficio. Cuando se cumplen las etapas que necesariamente se deben realizar para lograr la formación y adquirir el conocimiento para desenvolvernos en la vida, entonces continuamos con el ciclo de buscar las oportunidades de aplicarlo y seguirlo desarrollando, porque el conocimiento nunca se deja de buscar, ampliar y mejorar según la profesión o actividad hacia la cual va dirigidos. Sin embargo surge la gran pregunta que nos lleva a una reflexión que no deja de generar alarma y angustia a la vez: ¿Por qué está emigrando tanto talento venezolano, teniendo o no una carrera o profesión? ¿En qué incide esto y cómo se sumaría a los factores negativos que impiden que el país salga adelante? La respuesta la conocemos todos: Venezuela es uno de los países de Latinoamérica con las peores condiciones socioeconómicas y calidad de vida, después de haber tenido en los últimos años el mayor ingreso petrolero de todos los tiempos.



En la actualidad, cuando nuestros jóvenes ingresan a las universidades tradicionales y reconocidas ya encuentran dificultades para adquirir los conocimientos y destrezas para salir formados en una determinada profesión. Como salió reseñado recientemente en la prensa en donde se refiere a la suspensión de las actividades de los laboratorios de prácticas de la facultad de ciencias de la Universidad Central de Venezuela por falta de insumos. 


El joven estudiante al salir de la educación superior y así ingresar al nivel de postgrado de cualquier carrera universitaria, también se va a encontrar con trabas para su formación académica como en el caso de la profesión médica, con la cual estoy relacionada de manera directa desde hace algunos años. Nuestros médicos residentes enfrentan a diario, en los centros hospitalarios donde realizan sus estudios, la escasez de insumos y de equipos médicos; quienes cursan una especialidad quirúrgica tienen que cumplir un record o un determinado número de cirugías para ser reconocidos en la especialidad, y esto cada día se vuelve una tarea muy difícil, esto no solo ocurre en la profesión médica. Otro ejemplo son los comunicadores sociales, a quienes actualmente se les hace cuesta arriba cumplir con su trabajo de obtener información veraz para difundirla en pleno ejercicio de libertad de expresión en un país en donde el derecho a la información se conculca cada día más. También pudiéramos sumar a los docentes universitarios, que igualmente tienen la necesidad de buscar mejor futuro, y así pudiéramos nombrar muchos otros ejemplos. Según sociólogos expertos que estudian este fenómeno actual, las causas que conllevan a la emigración de nuestros talentos son la violencia y la inseguridad, la falta de oportunidades, los factores socioeconómicos caracterizados por salarios que no alcanzan inclusive para cubrir las necesidades de la canasta básica. En las décadas de los 40 a 50 del siglo XX con el auge petrolero de aquella época, Venezuela fue más bien un país de inmigrantes: llegaron al país ciudadanos más que todos españoles, portugueses e italianos que aportaron una contribución extraordinaria al desarrollo de país, hoy día quizás sus generaciones ya se habrán sumado a esa gran lista de ciudadanos venezolanos que quieren emigrar y buscar mejores oportunidades en sus países de origen o en otras fronteras. Ahora Venezuela se ha convertido en un país de emigrantes, en el que la fuga del conocimiento cada día se exacerba, sobre todo de jóvenes profesionales. Lamentablemente también según opinión de los expertos, nuestro país carece de políticas públicas para utilizar y valorar ese conocimiento o talento que es factor determinante para el crecimiento y desarrollo de este país, cada día más lejano si no se cambian determinadas conductas ya conocidas de quienes lo gobiernan, seguramente en otros países serán recibidos con las puertas abiertas, aunque quizás para la mayoría no sea fácil hacer nueva vida en otras latitudes. 

. El joven profesional venezolano se siente impulsado a la acción, por ello su motivación principal es actuar por su porvenir ¿Qué padre le dice no al hijo profesional que quiere irse de un país en donde la inseguridad ya rebasó los límites, la crisis económica agobia y no hay oportunidades para desarrollar el talento o conocimiento? Pienso que ninguno, al contrario, le proporcionaría tranquilidad la posibilidad de que pudieran tener un mejor futuro, aunque esto dolorosamente ocasione la separación del núcleo familiar.








@mariayanesh


Publicado en el Nacional WEB   6/07/2015

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